Uno de los temas que mayor preocupación despierta en la población dominicana es la delincuencia y por consiguiente la seguridad ciudadana es uno de los principales desafíos del Gobierno.
Son muchos los planes que se han llevado a cabo en las últimas décadas y que han incluido proyectos con éxito parcial como Barrio Seguro, los patrullajes mixtos y el límite en el horario para el expendio de bebidas alcohólicas, y otros que han sido un rotundo fracaso como la modificación al Código Procesal Penal.
Sin embargo, sin restar importancia a temas elementales como el control de armas, el incremento de las sanciones y en general la disuasión y persecución del delito, hay novedades que se están ejecutando en países como Canadá y Chile que han tenido buenos resultados y que en nuestro país no se han probado. Sin dudas la seguridad ciudadana debe tener un componente reactivo pero también es esencial diseñar un plan multisectorial cuyo objetivo primario sea la prevención, y no sólo con temas como educación y empleo cuya importancia es incuestionable y conocida por todos, sino además con enfoques novedosos como integrar a la comunidad en proyectos de arte o deportes, lo que podría tener efectos en un menor plazo.

El Estado puede invertir recursos en formar gestores culturales y crear espacios para que niños y jóvenes canalicen sus energías, ocupen su tiempo en algo que los motive y expresen sus inquietudes a través del arte, algo que a muchos podría servirle incluso en el futuro como herramienta para la inserción en el mundo laboral.

Otra idea que no ha sido explorada del todo en el país es la geoprevención. Esto es, prevención de la criminalidad a través del diseño ambiental. Se trata de un análisis de factores de riesgo y vulnerabilidades del entorno y la consiguiente elaboración de medidas para contrarrestar, como el control de accesos, vigilancia permanente en ciertos espacios públicos, reforzar áreas con iluminación más adecuada, entre otras.

Por otro lado, los avances de la tecnología también deben ser aprovechados para enriquecer un plan de seguridad. Por ejemplo, en un país tan comunicado como República Dominicana, con mayor acceso a Internet que la mayoría de los países del área, instituciones como la Policía Nacional pueden crear lazos de interacción con la comunidad mediante observatorios de redes sociales en los que se identifiquen denuncias y preocupaciones puntuales y se les preste real atención para tomar acciones.

Todavía hay mucho que se puede hacer. Sólo se necesita voluntad y decisión.

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