En honor a la verdad, aunque el costo de los artículos de la canasta familiar ha registrado alzas importantes, al igual que los combustibles, hay que decir que el país marcha a buen ritmo, sobre todo, porque las ejecutorias del Gobierno se inclinan hacia el rescate de algunos valores que parecían insalvables.
La lucha contra la corrupción administrativa, la suspensión y despido de funcionarios que incurren en violaciones a las normativas de las instituciones en las que ha sido designado, así como la libertad de operación y manejo del Ministerio Público, nos da un respiro saludable.
Si se mantiene este ritmo, el país seguirá avanzando y el prestigio de la actual gestión creciendo, debido a que la gente tiene cifradas sus esperanzas en un buen ejercicio y en que las actuales autoridades sean capaces de llevar el país por el camino correcto.
La intensidad y entrega de las principales figuras del Gobierno, para llenar las funciones que desempeñan y cumplir con las misiones previamente asignadas, es loable y ojalá no varíen, para que los dominicanos tengamos el respiro anhelado en los últimos años.
Los planteamientos del presidente Luis Abinader han sido claros sobre la necesidad de establecer reformas que coloquen al país en el trayecto que demandan los nuevos tiempos, sobre todo, en educación, salud, vivienda, paz social, economía y otros renglones que hacen fuerte a una nación.
Los ministerios de Agricultura, Salud, Obras Públicas, Educación y otros, están presentes en cada actividad, sin importar el tiempo y la distancia, lo que refleja su interés en que realmente el país marche a buen ritmo.
Ahora solo falta el empeño de la población en ese contexto, porque el país es de todos y para cada ciudadano que anhele vivir como Dios manda, en paz, armonía y en los parámetros normales de una sociedad realmente organizada y bien gobernada. No perdamos el ritmo.
