¡Hola, asiduos lectores de elCaribe! En la entrega anterior de Periodismo y Gramática compartimos con ustedes la norma gramatical sobre el uso del guion (-) y prometimos hablar en la columna de hoy sobre el uso de la raya (—) y su diferencia con el signo que tratamos el jueves pasado al que le adicionamos en esta entrega el signo de menos (-).

Si son curiosos, se detendrán a observar que la longitud de estos signos es diferente en los tres casos, como nos explica la RAE: “La raya es un signo de puntuación representado por un trazo horizontal (—) de mayor longitud que el correspondiente al guion (-) y al signo menos (−), con los que no debe confundirse”.

Y a propósito del uso de la raya, les cuento que aprendí a utilizarla en mis tiempos de asidua lectora de novelas, tiempos en los que empecé a escribir cuentos, poemas y otros derivados de la literatura.
Recuerdo que me preguntaba el porqué de esa raya un poco más larga en los diálogos hasta que luego indagué en las fuentes y empecé a aplicar bien su uso y a entender aun mejor lo que leía.

Vistas las diferencias entre el guion, la raya y el signo de restar, veamos algunos —porque son muchos— de los usos del signo que tratamos hoy: la raya (—).

  • Como signo doble. Se usan dos rayas, una de apertura y otra de cierre, para aislar fragmentos que introducen información complementaria (para encerrar aclaraciones o incisos): “Esperaba a Ruth —mi compañera de trabajo—. Lamentablemente, no vino”.
  • En textos narrativos. Para introducir o enmarcar los comentarios y precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes: “—Espero que las cosas cambien de ahora en adelante —dijo Luis con gesto de esperanza”.
  • Como signo simple en la reproducción de un diálogo. En esta parte no debe dejarse espacio de separación entre la raya y el comienzo de cada una de las frases.
    —¿Cuándo es el cumpleaños de Juan?
    —No tengo ni idea.
    —¡Hay que averiguarlo!

Cerramos esta entrega agregando que la raya, en el caso de la edición de obras teatrales, se usa para separar el nombre de cada uno de los personajes del texto de sus intervenciones, pero es importante anotar que, actualmente, la combinación de punto y raya ha perdido vigencia en favor de otros signos, como los dos puntos o el punto.

María.— ¿Dónde vas?
Juan.—A dar una vuelta.

El uso de la raya en toda su dimensión se ha quedado corto en esta entrega por cuestión de espacio, pero he tratado de compartir los más cotidianos.
¡Gracias por leerme!.

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