Camino hacia el norte de mi isla, el horizonte comienza a verse acompañado por una enorme cadena de montañas. A la distancia, resulta difícil identificar cuál es la mayor. Y es, al acercarnos, que la montaña más pequeña luce como la más alta y viceversa; la razón pura y simple es que identificamos mejor aquello que vemos de cerca.

Muchos, durante largo tiempo, han tenido igualmente una idea borrosa de Dios, le han visto a través de religiones, grandes devotos, filosofías y hasta imágenes creadas por la mente humana. Por ello, Dios se acercó al hombre, primero en Moriah, luego en Belén, y hoy tus circunstancias son el vehículo que te acercan a la falda de la montaña, pero ¡Es tu decisión quien te pondrá en la cima!

Posted in Rosas para el alma

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