No nos preguntaron para movernos el piso, cambiar rutinas, detener nuestras agendas, llevarnos a una nueva realidad. Nadie nos dijo que tal cual el pueblo judío salió de Egipto abruptamente y de prisa, cruzaríamos el mar con un toque, dejando para siempre nuestros estilos de vida tal y como los conocíamos, que celebraríamos la pascua de este tiempo en una cuarentena a puerta cerrada exactamente igual a lo que vivieron ellos en los días de Moisés. La plaga sacudió al mundo real, ha expandido al mundo virtual y revolucionado al mundo espiritual, y entre colapsos, supervivencia y preguntas que emergen de la sinrazón muchos agonizan. Sepamos algo, Dios no se muda, no muta, ni miente. Jesús sigue estando a una oración de distancia, solo dale click a tu fe.

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