Nada más costoso que darse el lujo de perder aquello que no tiene precio, ni llega dos veces, eso que no podrás olvidar y llegó por pura gracia, que encajó en tu alma incluso donde faltaban certezas o estabas incompleto. Porque llegó a tu vida a completar, a satisfacer y rebosar! Pero no entendiste. Hay quienes lloran porque pierden lo que nunca tuvieron, y que tal quienes descuidan un tesoro por ignorar que era “el todo” que necesitabas para llegar a ser lo que no pensaste, que no entendiste que “ese alguien” llegó para bendecirte tanto que tu existencia sería elevada a lo pleno y real, a una relación de propósito y significado pero que hoy su ausencia es ruina y la soledad vacío. Eso no es perder, es arruinarse.

Posted in Rosas para el alma

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