Hace un mes del hallazgo de los cadáveres de seis neonatos en el cementerio Cristo Salvador. La pelota rodó entre el Ayuntamiento, el cementerio, el hospital, el zacateca y la funeraria. El chofer Misael Encarnación trasladó los cadáveres al cementerio, llamó al sepulturero el “Grillo”, quien le informó que ya había terminado su horario. Los hechos siguientes son un sinsentido común: el chofer deja la funda en la calle y el zacateca se da un “jumo” que olvida todo, el cementerio ignora lo sucedido en su puerta y el hospital no confirma que los cuerpos fueron enterrados. Dicen que hubo complot para evadir el pago de 1,500 pesos de impuestos. ¿Cuál es el mayor errorde este caso? No hubo supervisión.

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