Existen más de 10 fallas geológicas que atraviesan la isla que comparten República Dominicana y Haití y que, por la cercanía entre ellas, cuando una se mueve puede provocar que se muevan otras.
Esta es la principal razón que esgrimen los expertos por la que Haití es la peor geografía para un terremoto, pues está situado en medio de un amplio sistema de fallas geológicas consecuencia del movimiento de las placas de Norteamérica y del Caribe, y similar a otros lugares donde hay varias placas tectónicas allí hay una importante actividad sísmica.

Las infraestructuras en países más desarrollados se construyen sobre sistemas más modernos de amortiguamiento que permiten que los edificios no solo se sacudan sino que giren con el movimiento, pero en Haití las construcciones son muy sencillas, no tienen estos mecanismos y se destruyen ante los temblores.

En República Dominicana hace 72 años se produjo el terremoto más devastador que ha experimentado y que desató a su vez un tsunami que acabó con decenas de miles de vidas, y algunas personas “pronostican” que pronto habrá otro similar, lo que sin dudas causa temor en muchos dominicanos.

La realidad es que nuestra población tiene escasa experiencia en situaciones de este tipo, poco conocimiento de planes oficiales de evacuación y en general hay mucha confusión sobre el manejo adecuado en caso de sismos, y el legítimo estado de alerta y tensión que se vive siempre que ocurren varios eventos sísmicos en un lapso corto se agrava por la desinformación y la difusión de informaciones falsas sobre el tema.

Una de ellas es la afirmación de que un calor inusual puede ser indicio de que pronto habrá un temblor de tierra. Numerosos estudios han confirmado que no existe vínculo entre el clima y los sismos.

Otra de las falsas creencias, posiblemente la más arraigada, es la idea de que varios temblores de tierra seguidos es bueno porque ayuda a liberar energía. Esto ha sido desmentido hasta la saciedad por los sismólogos y de hecho varios estudios recientes realizados en EE. UU. y publicados en la revista Science indican lo contrario: Movimientos frecuentes y pequeños deslizamientos de placas tectónicas pueden anteceder un evento de gran magnitud.

Ante un fenómeno hasta el momento prácticamente imposible de predecir y que muchas veces conlleva graves consecuencias hay que estar prevenidos, teniendo en mente un plan en caso que algo suceda y tomando el tiempo de informarse para tomar decisiones inteligentes.

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