República Dominicana sigue dominando las cifras de más muertos por accidentes de tránsito en el mundo y los expertos afirman que los siniestros que envuelven a motoristas superan el 80% de esos números.

Sabemos que el Gobierno ha hecho grandes esfuerzos por alcanzar la organización del transporte y regular el uso de las vías, para evitar que la carga económica del Estado por medicinas y gastos médicos sigan subiendo en ese renglón.

Sin embargo, nos atrevemos a sugerir tanto al Instituto Nacional de Tránsito Terrestre (INTRANT), como a la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT), que deben poner mayor empeño en el cumplimiento de su responsabilidad, para que esta aspiración del Gobierno y la ciudadanía alcance un nivel aceptable.

La burla de los motoristas que transitan por la derecha, por la izquierda y el centro sin ningún respeto por los demás conductores, el cruce de los semáforos en rojo, verde o amarillo, ante la mirada indiferente de los agentes que solo persiguen para poner multas a los hombres y mujeres de trabajo, debe tener un alto.

De igual manera, los carros de concho y las guaguas voladoras, así como los camiones pesados que transitan a alta velocidad con toneladas encima y sin respeto a las luces, deben tener las sanciones establecidas en la Ley 241 y sus modificaciones, porque sin régimen de consecuencias, la Ley no tiene valor.

Carros viejos y sin luces, motoristas al granel sin el menor respeto ni formación, se han adueñado de las vías de manera desafiante, lo que ha convertido el tránsito en un verdadero caos, echando por la borda el deseo y la inversión del gobierno del Estado en busca de soluciones viables a ese grave problema.

El amigo Hugo Beras, un joven muy talentoso puesto al frente del INTRANT y el general Ramón Antonio Guzmán Peralta, director de la DIGESETT, deben arribar a acuerdos y poner en marcha programas que resuelvan el problema que afecta seriamente la economía y la salud de la gente sensata, a la vez que ayudan al Gobierno a servir mejor al país. El tránsito es parte del desarrollo.

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