Estos esfuerzos, que aprovechan desechos, son una fuente de electricidad

En la República Dominicana se dan grandes pasos con proyectos y soluciones que a menudo son pequeños, como los de biogás. Estos proyectos, centrados en la conversión de desechos orgánicos y residuos en fuentes de energía sostenible, buscan generar electricidad limpia en diversas regiones del país.

Uno de los proyectos más destacados se ubica en Moca, provincia de Espaillat, donde una empresa se propone aprovechar los residuos del sector avícola, específicamente desechos de pollo, para la producción de biogás. Esta iniciativa ha obtenido el respaldo inicial de las autoridades locales y de la Comisión Nacional de Energía, que han concedido una autorización provisional y actualmente evalúan su aprobación definitiva.

Los proyectos de biogás, aunque pueden parecer chicos en escala, tienen un impacto significativo en la resolución de problemas importantes a nivel local y global. A menudo, se desarrollan en comunidades específicas o en sectores agrícolas, y apuntan a aprovechar los residuos orgánicos para generar energía.

Abordan problemas como la dependencia de combustibles fósiles y la generación de energía contaminante. A través de la captura y utilización de desechos orgánicos, como estiércol animal o residuos agrícolas, se producen beneficios en múltiples niveles.

Además, proporcionan a las comunidades fuentes de energía alternativa y económica, que disminuye la dependencia de combustibles tradicionales y costosos. A nivel global, estos proyectos contribuyen a la mitigación del cambio climático, al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El biogás producido a partir de residuos orgánicos evita la liberación de metano, un gas de efecto invernadero potente, al capturarlo y convertirlo en una fuente de energía útil.

En la Línea Noroeste, otro proyecto busca utilizar desechos sólidos provenientes de los ayuntamientos para generar energía sintética. A pesar de enfrentar desafíos relacionados con financiamiento internacional, se anticipa que este proyecto se concrete durante los primeros meses de 2024, según informaron fuentes cercanas a su desarrollo.

El país reconoce la importancia vital de estas iniciativas como parte integral de su estrategia hacia una matriz energética más limpia y sostenible. Se trabaja arduamente para desmontar la percepción negativa en torno al uso de residuos para la generación de energía, y se enfatiza en la relevancia de estas soluciones para el desarrollo sostenible.

En el año 2009, en un contexto donde se habla abundantemente sobre proyectos de energías y combustibles alternativos en el país, aunque con pocos resultados tangibles, la producción de biogás a partir del estiércol de ganado y cerdos surge como una opción viable.

El biogás puede ser usado como combustible en estufas simples para cocinar, reduce el uso de leña y carbón, y alivia la carga económica de los consumidores al prescindir del gas licuado de petróleo comúnmente usado en la cocina. Además, puede servir como fuente de iluminación y combustible para motores destinados a generar energía eléctrica.

En varias fincas y granjas de cerdos en las zonas de Jarabacoa y Licey al Medio ya existían algunos proyectos en 2009. El hecho de que se mencione la existencia de alternativas con biogás desde ese tiempo, indica que distintas personas y empresas han estado explorando y considerando activamente la incorporación de esas soluciones como una opción viable para diversificar su matriz energética desde hace más de una década.

El biogás se produce en biodigestores, recipientes cerrados o tanques construidos con ladrillos, cemento o plástico, donde se descomponen no solo el estiércol de vacas y cerdos, sino también residuos humanos y de limpieza de instalaciones donde se crían estos animales.

Datos a considerar

Consultados sobre el tema, varios estudiosos de la materia sugieren que un biodigestor debe tener al menos dos metros cúbicos para abastecer de gas a una vivienda y entre 70 y 100 metros cúbicos para operar un generador eléctrico conectado a un motor diesel o rotativo.

Según estudios, un metro cúbico de biogás utilizado para cocinar puede prevenir la deforestación de 5 tareas de bosque con árboles de 10 años de edad.

Los biodigestores funcionan a través de un proceso anaeróbico (ambiente donde no hay aire u oxígeno disponible) en el que las bacterias descomponen los residuos para producir biogás, compuesto principalmente por un 60-70% de metano y un 30-40% de dióxido de carbono, con un alto poder energético, siendo el costo del biodigestor muy variable según su tipo y tamaño.

En concreto, la producción de biogás a partir de residuos orgánicos es una alternativa si se buscan fuentes energéticas alternativas y sostenibles.

La implementación de estos proyectos no solo implica desafíos financieros, sino también la necesidad de educar y concienciar a la población sobre los beneficios y el potencial del biogás como fuente de energía renovable. l

Los cerdos son una fuente vital para la producción de biogás, en este país hay bastantes.

De Nicaragua a Ecuador y experiencia panameña

En América Central, la producción de biogás ha ganado importancia como una fuente de energía renovable. En Nicaragua, por ejemplo, se implementan proyectos que utilizan residuos orgánicos, como desechos agrícolas y estiércol animal.

En cuanto a Ecuador, también se han desarrollado iniciativas de este tipo a partir de residuos orgánicos, especialmente en áreas rurales donde hay una mayor cantidad de desechos agrícolas y ganaderos. Estas iniciativas generalmente dirigidas a comunidades locales, ofrecen una fuente de energía renovable y más limpia. En Panamá, la producción de biogás también ha despertado interés, especialmente en sectores como la industria agropecuaria. Se están implementando proyectos que aprovechan los desechos de la ganadería, como el estiércol, para generar biogás mediante la digestión anaeróbica.

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