La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó ayer un panorama económico que sigue caracterizado por un crecimiento moderado y desafíos persistentes en la región latinoamericana.
Según el informe titulado “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2023”, en el que se aborda también 2024, el organismo regional plantea que se espera que el crecimiento económico continúe siendo modesto en el año en curso, marcando una tendencia de bajo crecimiento que refleja el escaso dinamismo de la economía mundial.
La Cepal proyecta un crecimiento del producto interno bruto (PIB) en América Latina y el Caribe de aproximadamente 1.9%, con todas las subregiones experimentando tasas de crecimiento inferiores a las registradas en 2023. En particular, América del Sur crecería un 1.4%, Centroamérica y México un 2.7%, y el Caribe un 2.6%, excluyendo a Guyana.
Esta perspectiva se da en un contexto donde los países de la región enfrentan un espacio limitado tanto en política fiscal como monetaria, así como un impulso reducido desde el ámbito internacional. El bajo crecimiento proyectado para 2023 y 2024 refleja una caída en la tasa de crecimiento tendencial del PIB regional.
La Cepal recordó que durante el período 1951-1979, el PIB tendencial creció a tasas superiores al 5% anual, pero desde entonces ha disminuido significativamente, con tasas promedio de menos del 3% anual entre 1980 y 2009, y del 1.6% anual entre 2010 y 2024.
Indica que la crisis económica desencadenada por la pandemia de covid-19 provocó una fuerte contracción en las economías regionales, lo que llevó a un retroceso importante en el PIB per cápita, que ya estaba estancado desde 2015.
En cuanto al empleo, se proyecta una desaceleración en la creación de puestos de trabajo, tanto en 2023 como en 2024, con un crecimiento del número de ocupados del 1.4% y 1.0%, respectivamente. Este ritmo más lento de creación de empleo se combina con un aumento en el número de personas inactivas, lo que se refleja en una reducción en la tasa de participación laboral regional.
Se espera que los niveles de precio promedio de los productos básicos sean un 1% menores que los vigentes este año y que los bienes energéticos muestren un ligero aumento del 2%. Por otra parte, los minerales y metales industriales, como el hierro y el cobre, registrarían una disminución promedio del 2% en 2024, después de anotar una caída del 5% este año, afectados por la desaceleración económica, lo que incluye problemas en el sector de la construcción en China y, como consecuencia, una menor demanda. Se espera una disminución del 4% en los precios de los productos agropecuarios en 2024.
Los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe destacan que, a pesar de las disminuciones de precios registradas este año y las proyectadas para el próximo, en 2024 los precios de los productos básicos seguirían estando más de un 30% por encima de los niveles promedio de 2019, antes del inicio de la pandemia.
En la publicación se plantea la persistencia de amplias brechas de género en indicadores laborales como la tasa de desocupación y la participación, aunque estas brechas han ido reduciéndose gradualmente. Se estima que en 2023 la tasa de desocupación de los hombres fue de 5.5%, mientras que la de las mujeres alcanzó el 8.0%. En cuanto a la participación laboral, se habla de una participación de los hombres del 74.1% el pasado año 2023, mientras que la de las mujeres fue del 51.9%.
Por el lado de las remesas, se indica que las provenientes de los trabajadores migrantes, que constituyen el principal componente de la balanza de transferencias corrientes, crecieron un 8.5% interanual de acuerdo con las cifras totales correspondientes a los países respecto de los cuales se cuenta con información.
Esa tasa representa una desaceleración con respecto al crecimiento del 11.6% que se había registrado en 2022, y una vuelta a las tasas de crecimiento que había antes de la pandemia, a saber, un 8.7% promedio anual en el período 2015-2019.
La dinámica de la entrada de remesas de trabajadores a la región se explica por las correspondientes a México, que crecieron 9.3% en lo que va del año y representaron por sí solas un 43% de todas las remesas que llegaron a América Latina y el Caribe. Los países de Centroamérica y el Caribe representaron un 41% del total y crecieron 9.4%.
Brasil, Chile, México, los que más deudas emiten
En el escenario de escasas emisiones de deuda, en los primeros tres trimestres de 2023 las emisiones de las empresas cuasi soberanas crecieron 109%, respecto a igual período de 2022, alcanzaron US$10,900 millones, y las emisiones de las entidades supranacionales se duplicaron y superaron los US$5,600 millones. Las emisiones de las empresas privadas no bancarias cayeron 5.6% y representaron una cuarta parte del emitido en el período.
Los países que más deuda emiten en los mercados internacionales son el Brasil, que a septiembre de 2023 había emitido un 21% del total, seguido de Chile y México, que habían emitido un 19% y un 18%, respectivamente.
Las emisiones del Brasil son, en su mayoría, hechas por empresas privadas no bancarias, que representan 69% del total emitido en ese país. En Chile y México, por el contrario, la mayoría de las emisiones corresponden a títulos de deuda emitidos por el gobierno nacional o por empresas cuasi soberanas: en el caso de Chile, esos títulos representan un 82% del total y, en el de México, un 71%. En Ecuador, Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago, y el Uruguay en los nueve primeros meses de 2023 solo se realizaron emisiones soberanas.