Los tiempos en los que los gobiernos de República Dominicana contaban con muchas fuentes para generar dinero son cosas del pasado. Esas fuentes provenían de un conjunto de empresas que pasaron a ser propiedad del Estado, luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Del Estado fue la poderosa maquinaria denominada Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde), o lo que es lo mismo: Un gran sector dentro del propio gobierno que movía miles de millones de pesos cada mes. En los primeros tiempos Corde estuvo integrada por 24 empresas. Entre ellas figuraban: la fábrica de cemento, la de clavos, de fósforos, Armería y Pintura Dominicana (Pidoca). La cartera de empresas la formaban –además- Favidrio (Fábrica de vidrio), Atlas Comercial, Seguros San Rafael, Aceites Vegetales, Fábrica de Baterías, Industria Nacional del Papel (Induspapel), Molinos Dominicanos, Molinos del Norte, Dominicana de Aviación, Chocolatera Industrial, Industria de Calzados, Planta de Recauchado, Refinería de Sal, Sociedad Inmobiliaria, Tecnometal, Tenería FA-2 C. y Tejidos Antillanos.
En 1996, cuando el presidente era Leonel Fernández (Partido de la Liberación Dominicana -PLD-) se dispuso un plan de privatización y reestructuración de la Corporación de Electricidad (CDE), el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera (Corphotel) y las 24 compañías que integraban a Corde. Dos años después –en 1998- el escenario era el siguiente: Solo 12 de las empresas que tenía Corde operaban, aunque en condiciones de precariedad. Los reportes periodísticos y de otra índole de la época indican que las demás empresas estaban quebradas.
Las deudas de Corde llegaron a calcularse por encima de los mil millones de pesos. De las empresas, se logró capitalizar a Molinos Dominicanos y la Tabacalera. ¿De dónde tiene el Gobierno posibilidades de percibir ingresos? Se pregunta mucha gente. Y lo hacen con sobradas razones, especialmente cuando echan una mirada al pasado y recuerdan, por ejemplo, al CEA, una estructura integrada por 12 centrales azucareros, que eran una suerte de “espina dorsal” para la economía nacional, gracias al aporte generado a través del corte y molienda de la caña y la exportación de azúcar. Al mes de junio de 2015, el Gobierno estaba financiando 48 mil tareas para el cultivo de caña. De ellas, 32,000 eran por vía del CEA, mientras que por la Presidencia había 16,000. Para entonces, José Joaquín Domínguez (quien era el director del CEA) informó que la institución tiene bajo su responsabilidad los nuevos ingenios de Chirino y el de San José de los Llanos, en adición al ingenio Porvenir.
El Gobierno recibe ingresos actualmente (sin contar las direcciones de Aduanas y de Impuestos Internos) de varias instituciones. Una de ellas es la Refinería Dominicana de Petróleo. En 2016, según informó en ese momento a elCaribe Félix Jiménez (Felucho), presidente de la Refidomsa, la empresa alcanzó los US$95,224,921 en beneficios acumulados. Jiménez explicó que esta cifra supera con creces el récord que tenía la empresa hasta la fecha, correspondiente al año 2005, cuando acumuló US$83,654,899 en beneficios. Las ganancias acumuladas por Refidomsa entre 2012 y 2016 ascienden a US$322,305,922, lo que representa el 33% de los beneficios obtenidos en toda la historia de la empresa desde su inauguración en 1973.
Indicó que en el período comprendido entre 2012 y 2016, la empresa invirtió US$42,579,394, mayormente en el proceso de remodelación, que es el más importante que ha tenido la refinería desde su construcción.
Otra fuente de ingresos de dinero del Gobierno es EGE Haina, empresa de la que es socio. Entre 1999 y el año 2016 EGE Haina pagó US$653.5 millones en dividendos e impuestos al Estado. Por cada 100 pesos que la empresa genera de utilidad bruta, 75 pasan al Estado en beneficios e Impuestos. Desde su creación en 1999 EGE Haina ha invertido más de US$800 millones, de acuerdo con datos colgados en su portal. Es el mayor emisor privado de bonos corporativos en el mercado local de capitales.
Las propiedades bajo supervisión y administración de Corphotel son: Jaragua y Casino (Santo Domingo), Francés, Mercury Comercial y Sofitel Nicolás de Ovando (Zona Colonial), Teatro Agua y luz (Santo Domingo), Hotel Cayacoa y Hotel Cayo Levantado (Samaná), Hotel Guarocuya (Barahona), Hotel Santa Cruz (El Seibo), Hotel Villa Suiza ( Sabana de la Mar) y Hotel Marién (Santiago Rodríguez). También tiene a cargo el Hotel Jimaní, el Hotel Maguana, en San Juan de la Maguana, el Hotel Nueva Suiza (Constanza), Hotel Montaña (Jarabacoa), Hotel Matum (Santiago), Hotel Caoba (Valverde) y el Hotel Naranjo (Higüey).
Bajo supervisión y administración de Corphotel también está el proyecto La Mansión de San José de Las Matas (Santiago), el proyecto Ercilia Pepín, de Jarabacoa; el Parador Poza Bojolo (María Trinidad Sánchez) el Parador Punta Salinas, el Parador Palenque, Helados Bon (Zona Industrial de Herrera), el local Joyería Capriles (Zona Colonial) y el local Ambar, en la Zona Colonial.
El Banco de Reservas y las empresas mineras
En el caso del CEA, éste ha arrendado parte importante de sus tierras a grandes empresas y ha vendido otras a pequeños y medianos productores, que las han dedicado a siembras distintas a la caña de azúcar.
El Banco de Reservas es una de las instituciones públicas de gran fortaleza. A octubre de 2016 sus activos superaban los RD$407,833 millones y utilidades, antes de impuestos, ascendentes a RD$4,925 millones. La cartera de préstamos bruta registró RD$264,671 millones. El Estado dominicano también es contractualmente accionista en las principales empresas mineras que tienen explotaciones de metales en el país. El papel de accionista inició con Falcondo, de la cual entre impuestos y dividendos, el Estado recibe más del 50% de los beneficios.
