Es regenteado por Milca Celeste, una persona que creció viendo cómo su abuela sembraba siempre su conuco

Debido a que mucha gente está apostando a cosechar plantas para el consumo familiar y local, y de este modo generar ingresos adicionales, el negocio de huertos donde los alimentos no tienen químicos que dañen el cuerpo, se ha ido esparciendo. Aquí se pueden cosechar plantas medicinales, aromáticas, condimentos, flores y es una forma de ayudar al medio ambiente.

Milca Celeste Concepción Rivas, es una publicista que se graduó de creatividad y gerencia en la universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Esta joven creció viendo cómo su abuela sembraba en su conuco, en un campo donde no había electricidad ni un buen servicio de agua potable, un negocio que por cuestión de edad tuvo que vender, provocando que la familia emigrara definitivamente a Santo Domingo. Su abuela sembraba habichuelas, coliflor, repollo, entre otros vegetales.

“Recuerdo que tenía que visitar la escuela y campamentos en caballo, casi una hora ida y vuelta todos los días, y gracias a esto crecí viendo positivamente todos los problemas que se presentaban en el camino”, expresó la emprendedora al periódico elCaribe.

Uno de los mayores logros que ha tenido Milca, fue cuando realizó su pasantía universitaria en el Ministerio de Agricultura en Santo Domingo en 2019, específicamente en el departamento de Relaciones Públicas donde por cuestiones ajenas a su voluntad, tuvo que salir y optar para inscribirse en el Programa de Huertos Urbanos, ya que tenía un área disponible en su casa y al momento de culminar, no tenía trabajo. Manifestó que cuando llegó la pandemia al país, sus padres quedaron sin empleo y en vez de lamentarse decidió aprovechar el tiempo y hacer algo en medio de la cuarentena. Al momento de revisar cuáles eran sus recursos, se dio cuenta de que solamente tenía “semillas”, y empezó a germinar ají morrón, luego se trasladaba los fines de semana al campo para sembrar y vender estos productos a sus vecinos. Gracias a la acogida que tuvo por parte de sus allegados, no tuvo necesidad de pagar publicidad porque la voz se fue regando y más personas empezaron a pedir sus plantaciones.
Dentro de los productos que tiene a disposición están los ajíes, las hierbas aromáticas, árboles frutales, actualmente está injertando aguacates, además de tomates, rúcula, espinaca, yuca, plátano, guineo, entre otros.

Indicó que se dio cuenta de que tenía una buena idea empresarial cuando veía que en medio de la cuarentena las personas perdían sus trabajos y no tenían dinero, mientras ella trabajaba hasta tarde de la noche germinando sus plantas, lo que se traducía en ingresos para su familia.

Una de las razones por las que la emprendedora Rivas nunca ha dejado caer su negocio es por el apoyo que recibe constantemente de su familia y de su hija. Explica que ellos le han mostrado que no hay que entristecerse por las malas situaciones que suceden, sino que siempre hay que buscar una solución positiva para producir y generar ingresos.

“Aunque la agricultura no es mi área, me brinda tranquilidad y cultiva mi paciencia. Mis padres están muy felices ya que pueden cosechar y consumir alimentos orgánicos”, comenta.

Dijo que también ha quedado demostrado que el negocio no necesita de su presencia para funcionar, ya que cualquier persona de su familia puede encargarse de preparar, explicar y entregar los pedidos. Esta joven emprendedora no solamente se dedica a vender plantas, sino que dentro de sus posibilidades trata de ayudar a las personas a que tengan acceso a algunas herramientas que los ayuden a crecer en el ámbito empresarial.

También, de manera “freelance”, trabaja en una campaña para una compañía licorera y es representante de ventas en supermercados de una marca de vino.

En estos momentos, está a la espera de una venta masiva de plantas para sacar sus registros mercantiles y poder vender sus cultivos orgánicos en supermercados.

El nombre de este emprendimiento nace debido a que los campesinos, a pesar de que su nombre es Milca, continúan llamándola por Mila, y para honrarlos, optó por llamar su negocio Mila Plantas RD.

Sostuvo que con la cuarentena y el toque de queda, la idea de su negocio cambió, ya que la gente no quería ningún tipo de contacto y tuvo que optar por el servicio de delivery. Explica que el 80 % de los pedidos son por esta vía.

El negocio empezó a germinar en febrero del 2020 y en abril de ese mismo año la mercancía ya estaba en las calles.
Los elementos que hacen diferente sus plantaciones, es que no usa pesticida, sino que ha optado por hacer las cosas de manera orgánica y los fungicidas que usa los prepara en casa. De igual modo, el 80 % de las fundas de vivero que utiliza son biodegradables, por lo que se pueden sembrar plantas con todo y funda. A pesar de que este negocio es rentable, en estos momentos no tiene ahorros porque todo lo ha invertido para ofrecer mejores servicios a sus clientes. Cuenta que en su hogar no ha faltado nada y en medio de la pandemia han podido subsistir y ayudar a sus vecinos que se han quedado sin empleo.
Uno de los sueños de Milca Rivas es poder llevar su negocio a otro nivel, donde pueda seguir dando productos de calidad.

Posted in Destacado, Dinero, EmprendedoresEtiquetas

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas