Estudiantes de la Escuela Julia Ena Pérez Matos en riesgo y amontonados a la espera de soluciones

Las altas filtraciones de agua por los desperfectos de construcción han ido debilitando los techos y paredes de ambas infraestructuras, siendo esto el principal motivo de preocupación.

El júbilo por la construcción de dos nuevos planteles para ampliar el primer y único centro educativo del sector Proyecto Palmilla, del distrito municipal de La Victoria, duró muy poco. Hoy, ambas infraestructuras se han convertido en un riesgo para la comunidad de la Escuela Julia Ena Pérez Matos.  

Desde su habilitación hace poco más de seis años, las altas filtraciones de agua por los desperfectos de construcción han ido debilitando los techos y paredes de ambas infraestructuras, siendo esto el principal motivo de preocupación de la dirección, los maestros, estudiantes y sus padres, quienes temen por la ocurrencia de un evento sísmico u otro fenómeno de la naturaleza que provoque el colapso de las edificaciones.

Por su deterioro, algunos de los espacios de los planteles, que albergan unos 150 alumnos de nivel inicial y primario, están impedidos de uso, mientras otros mantienen humedad, hongos y polvillo que afecta constantemente la salud de los niños, niñas y profesores expuestos a estas inadecuadas condiciones.

“De ese lado tenemos las aulas de los niños con filtraciones, además de los salones de la psicóloga y la coordinadora que no han podido trabajar ahí porque cuando llueve cae como si estuviera lloviendo dentro. Esa infraestructura completa está cuarteada”, detalla Felicia De La Cruz, directora de la Escuela Julia Ena Pérez Matos.

En busca de soluciones a la situación, han agotado todos los procesos ante las autoridades superiores del Ministerio de Educación, enviando videos, comunicaciones y otros mecanismos, sin embargo, desde hace años aguardan por la intervención prometida, al tiempo de estar propensos a un lamentable hecho.

“Nosotros siempre hacemos llamado a las autoridades competentes y han venido en comisiones, gobiernos pasados y presentes. Ellos mismos han comprobar el problema. Prometen dar solución inmediata y hasta la fecha estamos esperando” expresa, Juan Pablo Lora, representante de los padres, madres y tutores de la escuela.

Juan Pablo Lora habla en representación de los padres, maestros y tutores de la Escuela Julia Ena Pérez Matos

Educación ante el “peligro”

Ante su vivencia bajo la inseguridad, los profesores se han visto en la necesidad de incluir el “peligro” como situación de aprendizaje dentro de su planificación docente, para educar a los niños sobre cómo deben actuar en caso de un temblor o cualquier otro accidente.

“Les he enseñado que si sienten cualquier movimiento de qué manera deben salir o protegerse. Hasta mantengo la puerta abierta por si pasa cualquier cosa”, comenta una de las maestras del Kinder, grado que recibe los niños de 4 años de edad.

Escasez de butacas

Por otro lado, la escasez de butacas y otros inmobiliarios se suma al panorama que, según señalan, dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje de los maestros y estudiantes de la humilde comunidad Proyecto Palmilla y sectores aledaños, en Santo Domingo Norte.

Para tomar la docencia, estudiantes de primaria y secundaria (de 10 años y más) se acomodan en las pocas butacas que tiene en centro en buenas y malas condiciones.

Cuando ya están ocupadas, otros alumnos se sientan en sillas alrededor de una mesa, ambas pequeñas para su tamaño, mientras algunos se quedan parados al no haber disponibles suficientes butacas ni sillas disponibles.

Afirman que la mala postura a la que están obligados los estudiantes les genera dolores lumbares y en la espalda baja, además de que su hacinamiento afecta las horas de docencia, pues al mantenerse agrupados los maestros tienen menos control del comportamiento en el aula, generándose un constante caos.  

“Hay un aula que tiene cuarenta niños de secundaria que se sientan como puedan y hay otra que tiene treinta y cinco que deben utilizar las sillas de lo que era el salón multiuso, porque tuvimos que hacerlo aula por la falta de espacio para tener tantos niños” señala la directora De La Cruz.

A su vez, explica que actualmente mantienen una población educativa de 350 estudiantes, cantidad superior a la cual fue construida la escuela y su ampliación, ya que no podían dejar ningún niño fuera del que es el único centro educativo del sector Proyecto, donde reciben alumnos de al menos cinco sectores cercanos, entre ellos La 40, La Línea, El Dajao, Juan Tomás y Haras Nacionales.

«La escuela está a la espera de la soluciones que pueda traernos el Ministerio antes de qué en el caso de las edificaciones se pueda generar un problema, y en el caso del inmobiliario, que unos niños estén todos amontonados tienden a estar jugueteando y se generan conflictos que afectan el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estamos a la espera de que estas soluciones lleguen pronto», concluye en su llamado el Juan Pablo Lora.

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