Washington.-La Casa Blanca contempla prohibir a sus funcionarios el uso de teléfonos móviles personales en el trabajo, según difundió este lunes Bloomberg, que atribuye la información a siete funcionarios de esa Administración.

Uno de esos empleados aseguró que la propuesta de restricción no está relacionada con problemas de filtraciones de información a los medios, sino que tiene el objetivo de garantizar mayor seguridad cibernética.

Otra fuente explicó a Bloomberg que hay demasiados dispositivos conectados a la red inalámbrica de la Casa Blanca y que los móviles personales no son tan seguros como los que provee el gobierno federal.

Consecuencias imprevistas

Los funcionarios citados por Bloomberg temen que una vez introducida la nueva medida, quedarán aislados de sus familiares y amigos durante su jornada laboral, ya que los teléfonos provistos por la Casa Blanca no permiten enviar mensajes. Los empleados tampoco tienen acceso a sitios como Google Hangouts o Gmail, con lo que les quedan pocas formas alternativas de comunicación.

Los opositores a la idea recalcan la posibilidad, contemplada en los requerimientos oficiales de conservación de datos, de que todas las conversaciones personales realizadas mediante teléfonos móviles gubernamentales sean grabadas y eventualmente hechas públicas en un futuro, según las fuentes de la Casa Blanca.

La decisión final sobre esta prohibición no se ha tomado aún. Los altos funcionarios de la Casa Blanca tampoco han determinado si la medida afectará a todos los empleados de la oficina ejecutiva del presidente, indica Bloomberg.

Actualmente se exige a los empleados de la Casa Blanca dejar sus móviles en casillas especiales antes de asistir a reuniones que incluyan información clasificada o datos sensibles.

Filtraciones  que agobian

El problema de las filtraciones está abrumando a la Administración de Trump desde su inicio. En agosto pasado, desde el sitio web estadounidense ‘Politico’ se informó que el teléfono personal del jefe del Gabinete, John Kelly, fue pinchado en diciembre de 2016. La Casa Blanca, por su parte, aseguró que desde enero pasado sólo usa el móvil gubernamental, según The Hill.

El mismo mes de agosto, el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, anunció una campaña contra filtraciones en el gobierno. Al intervenir ante la Cámara de Representantes a principios de ese mes, reveló que estaba investigando 27 casos de filtraciones de información clasificada.

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