Matrimonio Infantil en RD: las niñas y adolescentes (1 de 3)

El pasado 21 de marzo, la organización enfocada en promover los derechos de la niñez, Plan Internacional República Dominicana, presentó su último estudio titulado “Caracterización del matrimonio forzado de niñas y adolescentes en las provincias&#

El pasado 21 de marzo, la organización enfocada en promover los derechos de la niñez, Plan Internacional República Dominicana, presentó su último estudio titulado “Caracterización del matrimonio forzado de niñas y adolescentes en las provincias de Azua, Barahona, Pedernales, Elías Piña y San Juan”. El estudio demuestra que el matrimonio infantil no es fruto de decisiones irreflexivas de ellas, sino de fuerzas estructurales como la pobreza y la violencia intrafamiliar.

Plan RD define el matrimonio infantil como aquel en el que una de las partes tenga menos de 18 años. La encuesta ENHOGAR 2014, confirma que el 37% de las dominicanas se casaron o unieron antes de los 18 años y que 1 de cada 5 adolescentes entre 15 a 19 años está actualmente casada con un hombre 10 años mayor que ella. Tanto República Dominicana como Nicaragua ocupan el 1er. lugar en América Latina y el Caribe con más niñas y adolescentes unidas o casadas.

¿Por qué tal prevalencia en nuestro país? Plan RD explica que el matrimonio infantil se asocia a la violencia que viven las niñas y adolescentes en sus familias, la presión por un embarazo no deseado, la violencia en las relaciones de pareja con hombres adultos y la idea de que el matrimonio es una “salida” que les permitirá emanciparse.

Entre los impactos psicosociales que acarrea el matrimonio infantil en las niñas y adolescentes se encuentran la indefensión aprendida, la falta de negociación en la planificación familiar, la postergación del proyecto educativo y de vida, la exacerbación de conductas controladoras por parte de los hombres adultos en la relación y la dependencia de ellos.

El estudio demuestra que el matrimonio infantil en la República Dominicana es un problema complejo en el que influyen muchas variables. Una adolescente de 15 años expresa su decisión de casarse diciendo: “Me casé porque necesitaba huir de mi casa. A mí me maltrataban mucho. Me daban golpes. Yo un día dije: “no quiero aguantar más eso”. Yo me puse a trabajar en una casa de familia, tenía 11 años. Pero ahí me fue peor, el maltrato era todavía más. Ni siquiera a la escuela me dejaban ir, y nunca me pagaban. Yo sufría mucho. Yo me quise casar pa’ salir de eso”. ¿Cuántos problemas sociales se pueden identificar en este comentario? Bastantes. Entre ellos, los más preocupantes son la violencia ubicua y el trabajo infantil. Entonces, quizás la solución al matrimonio infantil no sea solo “aconsejar” a las niñas y adolescentes, sino también trabajar en los factores estructurales que las empujan a unirse a temprana edad.

La construcción sexista de lo que significa “ser mujer” en el imaginario social tampoco ayuda. Tanto las niñas y adolescentes casadas como las que no lo están tienen la idea de que el casamiento y la maternidad son los articuladores principales de la identidad de la mujer. Esto indica que nuestra negación cultural para entender a la mujer como ser autónomo está teniendo consecuencias gravísimas.

Las niñas y adolescentes dicen que aunque han recibido charlas sobre el matrimonio infantil en las escuelas, estas no son frecuentes y sólo se refieren a la reproducción; no a la sexualidad, violencia o relaciones. No cuentan con espacios donde aprender sobre estos temas sin miedo, culpa o prejuicio. Una adolescente de 15 expresa: “En la casa nada más dicen: “te tienes que cuidar”, pero nunca dicen claro cómo es que hay que cuidarse”. Este desconocimiento e incertidumbre abre paso a que hombres adultos se aprovechen. De eso hablaremos en el próximo artículo.

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