¿Cuál es el verdadero lugar que tienen las mujeres en el islam?

Ser madre, hija, hermana o esposa, son roles privilegiados en muchas partes del mundo. Sin embargo, algunos creen que serlo en el islam es todo un desafío, pero muchos consideran que es más una bendición.

Ser madre, hija, hermana o esposa, son roles privilegiados en muchas partes del mundo. Sin embargo, algunos creen que serlo en el islam es todo un desafío, pero muchos consideran que es más una bendición.Por un lado, hay quienes aseguran que en el mundo musulmán las mujeres son iguales a los hombres, mientras otros piensan que estas no disfrutan de tal equidad en una medida razonable.

El papel de la mujer en esta religión se ha distorsionado y no refleja la realidad actual, asegura Maryam Ventura, dominicana con 18 años como musulmana. “Se han dicho cosas muy equivocadas sobre nosotros –comenta–, pero lo que más llama la atención es el que crean que las mujeres no son valoradas, o se les considera inferior a los hombres”.

“Las mujeres son iguales a los hombres en derechos y deberes en el mundo islámico. Aunque hay que señalar que a diferencia del hombre, nosotras no estamos obligadas a asistir a las mezquitas. Incluso, el sueldo que la mujer reciba no necesariamente debe compartirlo con su esposo o sus hijos, eso le pertenece a ella. El hombre es quien debe proveer en la casa por ser cabeza de familia. O sea, la mujer siempre es beneficiada y bendecida”, explica.

Afirma que a la mujer se le da total libertad para trabajar, y pone de ejemplo que existen ministras y políticas en países árabes, “pero se exhorta que si no hace falta que no lo haga, porque muchos niños de hoy no tienen quién les dé formación”.

Ventura señala que las mujeres musulmanas no son oprimidas en ningún sentido. Aunque, de acuerdo con una reciente publicación de la revista Open Democracy titulada “¿Qué quieren las mujeres musulmanas?, descubriendo los derechos de la mujer en el islam”, el Corán, el libro sagrado de esta religión, proclama la igualdad entre ambos sexos, “pero advierte de la superioridad de los hombres”.

El Corán parece poner en un terreno desfavorable a las mujeres, especialmente a las niñas y a las que están casadas.

Estas escrituras establecen que el hombre puede casarse con hasta cuatro féminas, y tener incluso relaciones con sus esclavas. También que la herencia de los hijos debe ser cuatro veces más que las de las hijas. Y, lo que es más, indica que los maridos deben golpear a sus esposas desobedientes, y advierte que “a un hombre no se le debe preguntar por qué pega a una mujer” (Corán 4:34).

Asimismo, una de las situaciones más cuestionadas de los musulmanes por decenas de organismos internacionales y la sociedad a nivel mundial es la permisividad del matrimonio infantil, que inclusive se establece en su texto sagrado (Corán 65:4).

Pero la mayor amenaza para las mujeres reside en la concepción musulmana de la violación, en la medida en que se conjuga con las restricciones islámicas respecto a la validez del testimonio femenino. El Corán (2:282) dice que “el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre”.

Sin embargo, el imán de Santiago, Antonio Liz, explica que “se debe tener mucho cuidado con interpretar el Corán por cuenta propia”.

“Eso de que se permita el abuso o las agresiones en el islam no es cierto. Por ejemplo, en la parte donde dice que se debe golpear a la mujer, la realidad es que cuando en el matrimonio existe algún impasse, el hombre está obligado a ir donde su mujer y golpearla con un siwak (pedazo de madera del tamaño de un lápiz) en el hombro tres veces. Eso significa que debe cambiar o la relación acabará”, informa.

“Al profeta Mahoma se le acusa de haberse casado con una niña, pero eso es totalmente falso. Incluso, el Corán no llama a nadie a casarse con una pequeña, porque no están listas. Es una blasfemia. Se debe esperar la madurez de la joven”, aclara.

Pese a eso, el imán de la mezquita Al Noor en Santo Domingo, Sayed Abdel Aal, dice que las mujeres musulmanas son “más valoradas de lo que se cree”, y “como hombres nos sentimos obligados a respetar a la familia, sobre todo a la mujer. Ya la gente no está pensando así, basados en el fundamentalismo”.

“En el caso de las madres, a quienes más valoramos, es un pecado gravísimo ofenderla o tratarla con irrespeto”, expone. “En nuestra cultura, las hijas son educadas y preparadas para el matrimonio, y las esposas son protegidas con recelo, porque la mujer es de su esposo y nuestro deber es guiarla y proveerle todo. Ser mujer en el islam es una bendición, aunque muchos quieran distorsionar ese hecho con informaciones falsas”, manifiesta.

En ese sentido, Liz agrega que “el islam no es una religión donde se vea el machismo. Cuando una mujer contrae matrimonio, recibe la mitad de los ingresos del hombre, y lo puede utilizar a su antojo. Ellas, como administradoras del hogar, sí tienen una obligación, pero si tienen trabajo pueden hacerlo, porque son libres de ello”, comenta.
“La mujer puede salir, trabajar o divorciarse. Pero no podemos cegarnos, sí hay fundamentalistas que aparecen defendiendo la región o el país, porque algunas culturas influyen en el islam, pero no representan esta religión enteramente”, aclara

Mujeres y hombres no pueden orar juntos

Liz resalta que la mujer cuenta además con privilegios en la mezquita. “Ellas tienen un espacio separado en la mezquita, no por exclusión o algo similar, sino porque para ambos sexos es más conveniente. La cuestión, además, es que por la posición en la que oramos, es preferible que las mujeres no acompañen a los hombres en el mismo espacio, ellas tienen ese privilegio”. En cuanto a la supuesta obligación que tienen las mujeres a casarse, este imán señala que “eso no se aplica en el islam. A la mujer no se le puede exigir que contraiga matrimonio”. Expresa que como imán tienen el deber de preguntarle a la mujer si está siendo coaccionada a casarse en ese momento.  Algo muy peculiar del islam es que no existe una etapa de noviazgo. El hombre y la mujer que deseen estar juntos, se deben conocer por un corto periodo de tiempo y después casarse. “La mujer puede llevar al hombre al infierno o lo puede llevar al paraíso”.  

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