El presidente Luis Abinader recorrió las zonas afectadas y dispuso fondo especial para el arreglos de los daños

La tragedia los sorprendió. Hoy los habitantes del municipio de Higüey, de la provincia La Altagracia, así como los de La Romana, El Seibo, Hato Mayor y otras localidades del este, sufren y lloran los daños y pérdidas que les impuso el voraz huracán Fiona.

Intentando salvar uno que otro ajuar de sus hogares, los comunitarios de las provincias del este que fueron de los más golpeados por el fenómeno natural la madrugada del lunes y mientras hubo lluvia y viento, recibieron ayer al presidente Luis Abinader, quien junto a varios funcionarios se trasladó hacia la región este para constatar y levantar información de los daños. Esto así, para ir coordinando las acciones de reparación y auxilio de los más vulnerables.

Con la promesa de brindar ayuda en algunos barrios con madera, zinc, colchones y electrodomésticos en un primer momento, el jefe de Estado anunció ayer la entrega de un fondo especial que será puesto en manos de las Alcaldías de los municipios afectados para que trabajen en el retiro de escombros y otras acciones que entiendan pertinentes. Paralelamente, aseguró, el Gobierno también hará otros aportes para la recuperación y reconstrucción de las áreas afectadas en las provincias del este que hoy están declaradas como zonas de desastre.

Tras encabezar una reunión en la Gobernación Provincial, ubicada en Higüey, Abinader afirmó que luego del evento, hay dos temas fundamentales. El primero, dijo, es el tema de la energía eléctrica y el agua; y el segundo, continuó, es el de la seguridad. En la provincia La Altagracia la energía será restablecida en unos 9 días, mientras que en La Romana, Hato Mayor y El Seibo, en los próximos 6 días, según precisó. “El tema más importante es que aquí y que más está afectando a la población es el tema de la electricidad y consecuentemente esto afecta el agua. Hemos conversado con el director de Edeeste, Andrés Portes, y con Manuel Lara ,que preside el Consejo Unificado de las Ede”, indicó.

Un sol engañoso que no escondió tragedia

Aunque los daños y pérdidas del huracán Fiona están aún presentes en el municipio de Higüey -que es una de las localidades más afectadas por el fenómeno- durante el día salió el sol para los ciudadanos.

Las lluvias disminuyeron, lo cual dio un poco de esperanza a los higüeyanos, quienes desde la madrugada del lunes viven con el dolor, la angustia, el trauma y el mal sabor que les dejó el paso de Fiona.

En la mañana, en el trayecto de Santo Domingo a Higüey caía una leve llovizna de camino al este del país. Al pasar por el tramo de San Pedro de Macorís hasta La Romana un engañoso sol saludó a todo aquel que atravesó la zona. Sin embargo, una vez se cruzaba el peaje que divide a La Romana y a Higüey, la triste realidad de los higüeyanos fue descubierta. Parcelas anegadas, casas arropadas por el agua, el desamparo de su población y el rostro de impotencia de aquellas personas que limpian y tratan todavía de salvar sus pertenencias.

Abundan los negocios y establecimientos sin letreros; árboles, postes de luz y semáforos derribados. Mientras que, por otro lado, se encuentran las largas filas en las estaciones de combustibles y en los bancos, así como decenas de empleados y ciudadanos esperando transporte público.

Ayudas de instituciones

Debido al desamparo en que se encuentran cientos de personas en las provincias del este y del nordeste por el fuerte golpe que le ha dado el huracán, el mandatario informó que concomitantemente con las medidas mencionadas anteriormente, el Gabinete de Políticas Sociales y el Plan Social de la Presidencia están presentes en todas las zonas de desastre.

“Esa es la situación. Nosotros estamos confiados en que cada uno de los organismos del gobierno, de las instituciones, así como la Gobernación local y todas las instituciones ejecutivas del gobierno estén haciendo su trabajo y cuanto antes van a normalizar todas las operaciones en esta provincia (La Altagracia) y en las demás afectadas”, manifestó el Presidente.

Ayer, el Plan Social estuvo en las zonas distribuyendo raciones de comidas crudas, mientras que Comedores Económico las distribuía cocidas.

La angustia de los daños y pérdidas, narrada por habitantes

Rostros de inquietud y tristeza son los que predominan en los barrios y comunidades afectadas. El grito de auxilio y desesperación hacia las autoridades es el común de todos los que la madrugada del lunes vieron los techos de sus casas volar por los fuertes vientos o que tuvieron que salir corriendo porque las aguas arroparon sus hogares por las crecidas de los ríos y cañadas.

Al visitar el barrio Los Platanitos, en Higüey, así se pudo apreciar y sus habitantes no perdieron la oportunidad para expresarse.

“Mira mi cama, andaba boyando, mira cómo está todo. Aquí se metió el agua que daba ahí (señala la mitad de las paredes de su destruido hogar). Eso daba pena. Mucha gente tuvo que salir. Yo no salí porque hay veces que es dejarles las cosas a los delincuentes y se llevan todo. Yo permanecí aquí, pero la mujer y la familia salieron y me quedé cuidando, pero pasé la noche de aquí para allá”, manifestó el señor Manuel Carpio un padre de familia de esa localidad que hoy lamenta las pérdidas materiales y agradece que por lo menos todos quedaran con vida.

Describió la situación vivida el lunes como penosa y aterradora, ya que el grito de madres con dos y tres hijos en manos y de otros vecinos era la peor escena ante la sorpresiva entrada del río a las casas.
“Eso fue una cosa penosa, un desastre así, usted se puede imaginar cómo uno la pasa. Lo habían anunciado, pero tantas veces anuncian las cosas y no llega que uno a veces dice que no va a arreglar nada y un 80 % nos agarramos de eso y ahí vino el fracaso. Eso llegó que uno no esperaba que fuera a llegar ahora. A las tres de la mañana y a las dos o tres de la mañana eso pujaba que parecía un toro”, contó.

Así, Natanael Concepción, también narra el sufrimiento de su familia, conformada por su abuela de 73 años, un tío de 85 años con problemas mentales y un sobrino enfermo (de quien no especificó cuál era). «Aquí se dañó prácticamente todo. Se dañó la nevera, la estufa, la televisión, todo. En la parte trasera de la casa se fue medio zinc. Yo tengo dos días que no duermo porque cómo duermo donde tengo a mi abuela prácticamente en el aire que hasta para traerle un jugo se me dificultó (muestra el interior de toda la casa enlodada y con los ajuares empapados de agua)”, comentó.

Brinda apoyo en El Seibo y Hato Mayor

En horas de la tarde, el Presidente acudió a El Seibo y Hato Mayor, región oriental, para brindar asistencias a los afectados. En El Seibo, el mandatario visitó el barrio Ginandiana, y solicitó a los funcionarios de aquí un inventario detallado de las pérdidas dejadas en la zona para que atiendan con rapidez. Mientras, en Hato Mayor, estuvo en el barrio Villa Vilorio, donde brindó apoyo a las familias.

El gobernante prometió seguir visitando las demás localidades con daños y pérdidas durante toda esta semana.

Informe sobre daños Y Pérdidas podría tardar unos 5 días

El presidente Luis Abinader afirmó ayer que el reporte general que podría contener un estimado de las pérdidas y daños dejados por el huracán Fiona podría tardar unos cinco días.

“El Ministerio de Economía va a implementar por primera vez un programa para lo antes posible tener estimados de los daños económicos tanto como en la agricultura y la infraestructura. Está trabajando y está en comunicación con las diferentes instituciones del gobierno que están afectadas y están haciendo todavía las evaluaciones”, dijo.

En una rueda de prensa celebrada el lunes por la tarde, el mandatario sí adelantó que Fiona dejó daños cuantiosos.

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