El Centro para la Educación y el Desarrollo (Ceduca) llamó ayer a las autoridades a implementar más políticas públicas para prevenir las uniones tempranas, y reducir las cifras de embarazos en adolescentes.
En rueda de prensa, Alba Reyes, directora de la entidad, destacó que en el país ya existe una ley para evitar el matrimonio infantil, pero indicó que todavía faltan iniciativas para que las menores no se casen, sobre todo las que están dentro del quintil más pobre, donde el 58.06 por ciento se compromete en una relación de pareja antes de los 18 años y el 23 por ciento lo hace antes de los 15.
“Son cifras alarmantes, por lo que el Estado a través de sus instituciones que regulan el tema del matrimonio infantil debe aplicar políticas públicas que enfrenten esa situación”, expresó.
Dijo que es necesario que se desarrollen programas de educación integral que puedan ser abordados por todos los actores que tienen que ver con la vida de las niñas, así como más oportunidades de educación, especialmente en las comunidades de menos acceso como los bateyes y barrios marginados para educar a las menores, acompañarlas y protegerlas de un embarazo temprano.
Reyes afirmó que en muchas ocasiones es la misma familia la que empuja a las adolescentes a casarse, porque entienden que el matrimonio es la oportunidad para que puedan salir de la crisis material que padecen.
En ese sentido, manifestó que la prevención tanto de los embarazos precoces como de las uniones tempranas, también es tarea de los padres, aunque sostuvo que el Gobierno debe invertir en la mejora de las condiciones de vida de las zonas más pobres, para que las niñas puedan ir a las escuelas, tengan recreación y oportunidades para que no se casen.
Iniciativa
“Fomentando el Liderazgo de las Niñas para la Prevención del Matrimonio Infantil y las Uniones Tempranas”, es el proyecto que tiene Ceduca en bateyes como Los Jovillos y Mata Manón en Santo Domingo Norte, para promover el liderazgo de las féminas y contrarrestar el flagelo.
Reyes informó que actualmente están trabajando con 56 niñas e igual número de familias, en la iniciativa con la cual también involucraron a otras 25 organizaciones de carácter social; incluidas iglesias evangélicas y católicas, al igual que centros asistenciales situados en las zonas impactadas, de los cuales reciben apoyo para llevar las orientaciones educativas.
