La política norteamericana en el Caribe. La guerra fría toma fuerza

Los años que van desde 1950-1974 están marcados en todo el mundo desarrollado por un fenómeno de consecuencias incalculables: el crecimiento económico, que consolida la democracia liberal en los países donde triunfa y origina el autoritarismo…

Los años que van desde 1950-1974 están marcados en todo el mundo desarrollado por un fenómeno de consecuencias incalculables: el crecimiento económico, que consolida la democracia liberal en los países donde triunfa y origina el autoritarismo o se ha instaurado, y la extensión del área de la democracia. Sin duda alguna, el crecimiento engendra una serie de problemas nuevos que modifican el carácter de los regímenes políticos. En todas partes han de encontrarse soluciones que administren prosperidad, procurando que no aumenten las tensiones sociales…Serge Berstein, Los regímenes políticos del siglo XX.

Los procesos sociales tienen su ciclo. La línea dura cedió en algún momento, y esta situación comenzó a sentirse en América Latina a finales de los 50 en el siglo XX. Diversos factores incidieron en el cambio de la tendencia existente. La muerte de Stalin, dulcificó la imagen de la Unión Soviética. El movimiento social en América Latina no se amedrentó a pesar de la represión a la que fue sometido. Otro ingrediente importante que se sumó a la coyuntura internacional, fue sin lugar a dudas la realización de la Conferencia de Bandung en 1955, en la cual se constituyó la tercera fuerza mundial integrada por los países no alineados. Al mismo tiempo el auge económico del sistema capitalista empezaba a entrar en fase recesiva y era necesario buscar nuevos mecanismos de reactivación.

La conjunción de estos factores determinó el fracaso del modelo dictatorial auspiciado a finales de la década de 1940. Fueron cayendo uno a uno, como un interminable juego de naipes. El primero en caer fue el General Odría del Perú. En 1956, cuando vio que la coyuntura se revertía en su contra, decidió retirarse voluntariamente del poder. Un año después cayó el dictador Rojas Pinilla de Colombia. En 1958 se produjo el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela. En 1959 le tocó el turno a Batista en Cuba. Y en 1961 fue Trujillo en nuestro país.

No cabe duda de que la fase expansiva de la Guerra Fría fue entre 1955 y 1975. Finalizada la Segunda Guerra Mundial y ganada la partida al fascismo, después de la dolorosa pérdida de millones de seres humanos, se levantó la cortina de hierro invisible pero real. Cada bloque organizó y comenzó a establecer sus espacios de influencia. Estados Unidos se erigió como el líder de occidente. Ahí comenzó, como se dijo en el artículo anterior, la “Doctrina Truman”, era necesario, para lograr la hegemonía del bloque, invertir en la industria armamentista y apoyar a los aliados.

El lado este, liderado por la Unión Soviética, centró también su fuerza en la seguridad y en la inversión en la carrera armamentista. Se separó de China poco tiempo después. Así, el bloque comunista estaba dividido. La ideología de esta parte del mundo se sustentaba en el control absoluto de la economía, oponiéndose, lógicamente, a la libertad comercial.

Así pues, el mundo se dividió en dos bloques irreconciliables que se enfrentaban abierta y soterradamente. Cada uno se espiaba y buscaba debilitar al otro en todos los planos. En la entrega anterior hablamos de la OTAN y el TIAR; el bloque soviético no se quedó atrás. Así, la Unión Soviética era el líder de una estrategia militar, que buscaba autoprotegerse ante posibles ataques del oeste. Algunos ejemplos:
1. El Pacto de Varsovia fue la respuesta a la OTAN. Fue creado en 1955. Tenía como objetivo erigir un mando único militar en toda Europa oriental: Albania, Alemania Oriental, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia y Rumanía.

2. En la Conferencia de Bandung en 1955, se constituyó un nuevo bloque de naciones llamado de los “Países No alineados”, pero en realidad sí lo estaban, pues favorecían al bloque soviético.

Los estudiosos del período aseguran que durante los años de la Guerra Fría, el sistema capitalista pudo fortalecerse y sobre todo superar las secuelas de la Guerra. Una de las principales tareas fue el financiamiento de las balanzas de pago de los países de Europa occidental. Se calcula que estos países recibieron para 1955 unos US$2,000 millones en ayuda. Las principales naciones beneficiarias fueron Francia, Holanda, Dinamarca y Luxemburgo.
La política económica de occidente fue correcta. La producción aumentó de manera significativa y el comercio se dinamizó, a pesar de las recesiones sufridas por los Estados Unidos. El impulso exportador favoreció notablemente a Gran Bretaña y Estados Unidos, ambos imperios aumentaron su competitividad en los mercados internacionales de manufacturas superando con creces los niveles de Alemania y Japón. En definitiva, afirman los economistas, después de la Segunda Guerra Mundial el sistema capitalista entró en fase expansiva, producto de las restricciones comerciales, con una clara orientación hacia el mercado internacional.

Del otro lado de la cortina de hierro, también se realizaron aprestos para eliminar los efectos de la guerra y elevar el sistema económico. Los soviéticos, con un gran control de la Europa Oriental y parte de Asia, intentaron desarrollar la industria, que incluía la reducción de las indemnizaciones, tal y como se produjo en Hungría, Rumanía y Alemania. Este incentivo tenía un claro propósito. Con el proceso de industrialización, la Unión Soviética resolvía el impasse en la obtención de moneda exterior para la compra de mercancía, especialmente de bienes no producidos en los países de la órbita, tales como: caucho, cobre, estaño y lana. Se buscaba complementar las economías: Rumanía suministraba el petróleo necesario para la economía; Polonia y Checoslovaquia aportaban madera.

A todo esto se suma que en el corazón del bloque occidental, en 1959 apareció un problema muy serio: la Revolución Cubana, cuando el grupo de Fidel Castro, que logró vencer al dictador Batista, ganara la revuelta. Y casi inmediatamente se declararon a favor de los soviéticos. La guerra fría se libraba ahora en el patio de la casa. Cuba se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para los Estados Unidos. Sobre este tema trabajaremos la próxima semana.

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