La humanidad sufre una epidemia de obesidad que va en aumento. Para el año 2035, el Atlas Mundial de la Obesidad pronosticó que más de 4.000 millones de personas en todo el mundo serán obesas. Eso equivale a que más del 51% de la población mundial tendrá exceso de peso.

En ese contexto, la investigación científica y clínica en diferentes países lleva adelante una carrera por ofrecer mejores soluciones farmacológicas para tratar la patología. Durante el reciente congreso de la Asociación Estadounidense de Diabetes que se realizó en San Diego, Estados Unidos, se presentaron los resultados de dos estudios que prometen buenos resultados. El fármaco ayudó a los pacientes con obesidad a perder una media del 24% de su peso corporal en 48 semanas.

El medicamento se llama “retatrutida” y está todavía en estudio. Aún no ha sido aprobado por la autoridad regulatoria. Forma parte de una nueva clase de fármacos que imitan las hormonas producidas por el revestimiento del intestino en respuesta a determinados nutrientes. Estas hormonas desaceleran el paso de los alimentos por el tubo digestivo y reducen el apetito porque actúan sobre los receptores cerebrales. Esos procesos hacen que las personas tengan menos ganas de comer y ayudan a perder peso.

La retatrutida se incluye entonces en la clase de los fármacos conocidos como “análogos del péptido similar a glucagón de tipo 1 (GLP-1)”, que se crearon para combatir la diabetes, con la pérdida de peso como beneficio secundario. Ya hay algunos aprobados, como la trizepatida (que se vende como Mounjaro®) y la semaglutida (conocido como Ozempic® y Wegovy®, según las marcas comerciales, todos ellos inyectables.

En el marco del congreso de la Asociación Estadounidense de Diabetes, también se publicaron los estudios sobre la retatrutida en revistas especializadas de alto impacto. Uno de ellos se reportó en la revista New England Journal of Medicine.

Se encontró que el fármaco en estudio tuvo efectos secundarios similares —principalmente de tipo gastrointestinal— a los de los fármacos ya aprobados de esta clase, como Ozempic®, Wegovy® y Mounjaro®. Se puede inyectar una vez a la semana.

Se trató de un ensayo de fase II que se diseñó para estudiar la eficacia y la seguridad de la retatrutida en el tratamiento de la obesidad. El objetivo era determinar si el medicamento ayudaba a los pacientes a perder peso y evaluar su perfil de seguridad. Se evaluaron a 338 participantes con obesidad que no padecían diabetes tipo 2. Se les asignó aleatoriamente recibir dosis de 1, 4, 8 ó 12 miligramos de retatrutida o un fármaco simulado, es decir un placebo, durante 48 semanas.

Los resultados demostraron que los participantes con obesidad perdieron más del 24% de su peso corporal inicial en 48 semanas de tratamiento con la dosis más alta de retatrutida. Además, el 100% de los participantes que tomaron cualquiera de las dos dosis más altas (8 mg y 12 mg) perdieron al menos un 5% o más de su peso corporal.

Según el estudio, la retatrutida tiene un perfil general de seguridad y tolerabilidad similar al de otras terapias basadas en hormonas estimuladas por nutrientes, como los agonistas del receptor GLP-1 aprobados para el tratamiento de la obesidad.

“Resulta sorprendente que, en promedio, los participantes con obesidad que tomaron la dosis más alta de retatrutida perdieran casi una cuarta parte de su peso corporal durante 11 meses de tratamiento, es decir, una media de casi 18 kilos”, afirmó Ania Jastreboff, doctora en Medicina y profesora asociada de Medicina, directora del Centro de Investigación de la Obesidad de Yale (Y-Weight), codirectora del Centro de Control del Peso de la Facultad de Medicina de Yale, y autora principal de la publicación.

“Debemos tratar la obesidad como cualquier otra enfermedad crónica tratable, con terapias dirigidas a los mecanismos subyacentes de la enfermedad. Estos resultados son un paso importante para que este nuevo agente pase de la fase II a la fase III de los ensayos clínicos, con el fin de evaluar su eficacia y seguridad como posible nueva opción terapéutica para los pacientes con obesidad”, resaltó Jastreboff.

Además, este estudio de fase II sobre la obesidad incluyó un subestudio sobre las personas con la enfermedad del hígado graso no alcohólico, más conocido popularmente como “hígado graso”. En el subestudio se evaluó a 98 pacientes a los que se realizó una resonancia magnética del hígado y se midieron biomarcadores de lesión hepática y fibrosis (cicatrización) en la sangre.

Los resultados mostraron que la cantidad de grasa en el hígado se normalizó en 9 de cada 10 pacientes tras 48 semanas de tratamiento con las dos dosis más altas de retatrutida. Estos datos indican que la retatrutida tiene potencial para tratar también la enfermedad del hígado graso no alcohólico

“Este estudio plantea la posibilidad de que, en las primeras fases de la enfermedad hepática, sea posible ‘desengrasar’ el hígado, lo que a su vez podría ayudar a reducir los daños cardiacos, metabólicos, renales y hepáticos a largo plazo derivados de la obesidad. Nos alientan estos resultados y la posibilidad de que ayuden a combatir una enfermedad que actualmente carece de terapias aprobadas”, comentó el doctor Arun Sanyal, presidente Interino de la División de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición de la Virginia Commonwealth University.

Por otra parte, también se presentaron los resultados del estudio de retatrutide para diabetes tipo 2, que se publicaron en la revista The Lancet. Los investigadores que pertenecen a la Universidad de Texas Southwestern y a la empresa Eli Lilly and Company, que desarrolla el fármaco, consideraron que ya había opciones tradicionales para reducir la glucosa en pacientes con diabetes, pero que pueden provocar un aumento de peso.

Diseñaron un estudio en el que analizaron la eficacia y la seguridad de la retatrutida en el tratamiento de la diabetes durante 36 semanas. Este ensayo incluyó a 281 participantes con diabetes de tipo 2.

Se les asignó aleatoriamente para recibir dosis de 0,5, 4, 8 ó 12 miligramos de retatrutida, dulaglutida 1,5 miligramos o un fármaco simulado (placebo) durante 36 semanas.

Los resultados mostraron que los participantes con T2D redujeron su nivel de hemoglobina A glucada (HbA1) entre un 1,3% y un 2,0% tras tomar entre 4 y 12 miligramos de retatrutida durante unos seis meses, frente a ningún cambio con placebo y una reducción de HbA1c del 1,4% con dulaglutida. Las personas que tomaron retatrutida también perdieron más peso que las que tomaron placebo.

Julio Rosenstock, autor principal de la publicación y director de Velocity Clinical Research en Medical City y Profesor Clínico de Medicina en la Universidad de Texas Southwestern, Estados Unidos, consideró: “Creemos que nuestros resultados son un importante paso siguiente para llevar este medicamento a la fase III de desarrollo”.

Próximamente, se pondrá en marcha un ensayo de fase III. Los investigadores quieren evaluar cuál es la seguridad y la eficacia del fármaco retatrutida para el control crónico del peso, la apnea obstructiva del sueño y la osteoartritis de rodilla en personas con obesidad y sobrepeso.

“La obesidad es una enfermedad en franco crecimiento. Está presente en el 24% de los argentinos según la última encuesta realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en 2018, y es un factor de riesgo para el desarrollo de otro tipo de enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado grado y la enfermedad cardiovascular, entre otras”, dijo a Infobae el doctor Gustavo Frechtel, investigador del Conicet y jefe de la división Nutrición en el Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

“Desde hace varios años contamos con drogas que se denominan biológicas ya que representan la sintesis de hormonas intestinales que nuestro cuerpo produce. La primera fueron los análogos de GLP1 que están siendo utilizado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad con muy buenos resultados, ya que mejora los niveles de azúcar en sangre y promueve un significativo descenso de peso. Ahora, se están realizando ensayos clínicos con hormonas intestinales GLP1 y el Polipeptido insulinotropico glucosa dependiente (GIP) con mejores resultados que el GLP1 solo”, consideró Frechtel.

El fármaco retatrutida “representa una nueva combinacion de GLP1, GIP y Glucagón. Esta triple combinación representa un nuevo avance en el tratamiento de la obesidad y e la diabetes tipo 2. Los estudios clínicos arrojaron resultados sorprendentes por la magnitud de las cifras alcanzadas en cuanto a descenso de peso, descenso de los niveles de glucemia (azúcar en sangre), mejoría de higado graso (presencia de grasa en el higado) y disminución de trigliceridos”, destacó Frechtel.

Los eventos adversos fueron naúseas, vómitos y diarrea entre leves a moderados, clínicamente manejables y similares a los que produce los análogos de GLP1 actualmente disponibles.

Más allá de los esperanzadores resultados de los medicamentos, algunos expertos subrayan que también hay que trabajar sobre las causas profundas de la epidemia de obesidad, como el hecho de que la alimentación sana y el ejercicio sean de difícil acceso para muchas personas.

“Los medicamentos no son ni serán la única solución, pero son un paso revolucionario para contrarrestar la epidemia”, sostuvo Beverly Tchang, del instituto de investigaciones Weill Cornell Medicine, en los Estados Unidos, al ser consultada por la revista Nature.

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