Muchos niños y adolescentes son agredidos por sus compañeros en su escuela, lo que afecta mentalmente al menor agredido.El acoso escolar se ha convertido en uno de los males que más afectan a los niños y adolescentes en las escuelas y los colegios de muchas naciones. Las cifras cada día van en aumento. Tratar estos casos a tiempo, con charlas y campañas de conciencia, garantizará que en un futuro menos personas crezcan llevando a cuestas las consecuencias de este tipo de abuso.
Por esta razón, el escritor y educador español Jaime Homar decidió escribir una novela realista, que con una narración sencilla y directa abarca los diferentes aspectos de un problema que afecta a las aulas, sin importar sexo, edad o condición económica. El texto lleva por nombre “Paloma”, la cual presentó recientemente en el país bajo el sello alfaguara Juvenil.
“La idea de ‘Paloma’ es una historia fruto de mi imaginación, aunque debo añadir que traté de ser lo más fiel posible a la realidad de los adolescentes, tal como la había conocido yo mismo en mi vida personal y en la vida de mis amigos, hermanos y alumnos”, agrega.
El autor entiende que el llamado “bullying” surge de la falta de referencias humanas, familiares y morales de gran parte de la juventud actual. “Lo digo porque el acoso puede florecer en todo tipo de centros de enseñanza, independientemente de la clase socio-económica de sus alumnos”, dice. “Es un fenómeno desgraciadamente universal, y amenaza con extenderse con mayor fuerza, gracia al empuje irresistible de las nuevas tecnologías”, argumenta.
Y no se equivoca, teniendo en cuenta la cantidad de testimonios de jóvenes abusados. ¿Se puede eliminar el acoso escolar entre niños y adolescentes? ¿Será un mal con el que nos tocará convivir de ahora en adelante? Muchos son los que piensan que sí, pero, definitivamente, será una tarea muy difícil y que tomará mucho tiempo.
Todos debemos luchar en contra del acoso escolar
“Se puede luchar para reducirlo lo máximo posible. Lo más difícil y principal es detectarlo. Parece una obviedad, no lo es en absoluto. La mayoría de las veces el acoso pasa desapercibido para el mundo de los adultos.
La frontera entre los jóvenes y los adultos se acentúa más cuando se trata de comportamientos irregulares. Por lo tanto: lo primero es darse cuenta, percibirlo, descubrirlo y detectarlo”, sostiene el autor. El próximo paso, es hablar. “Hablar es lo más importante. Supone el principio de la solución”, señala Homar.
