Achicar el Estado

El cambio de administración del Estado ofrece una oportunidad brillante para cualquier gobernante que desee hacer más eficiente y menos…

El cambio de administración del Estado ofrece una oportunidad brillante para cualquier gobernante que desee hacer más eficiente y menos costoso el aparato estatal.

Generalmente, cuando llega un presidente nuevo, independientemente del partido a que pertenezca, la sociedad tiende a darle un compás de espera, un plazo de 100 días, para que tome decisiones sin la presión de exigencias de soluciones a problemas. Es en ese período que el nuevo presidente puede aprovechar para achicar el Estado.

Lo primero debe ser otorgarle funciones específicas al Comisionado de Reforma y Modernización del Estado, a los fines de que presente propuestas de eliminación de diversas entidades que no tienen razón de ser y sólo implicar altos costos y espacios de clientelismo con nombramientos inútiles.

Algunos ejemplos. El Consejo Estatal del Azúcar (CEA), que llegó a administrar 12 ingenios azucareros, hoy no tiene más que algunas extensiones de terrenos que puede regentear perfectamente una oficina del Ministerio de Hacienda. La Corporación de Empresas Estatales (Corde), que llegó a tener 28 empresas productivas bajo su control, hoy es una entidad con presupuesto y personal asignados, que no desempeña ninguna función, por lo que puede ser perfectamente cerrada. El Instituto Agrario Dominicano (IAD), una entidad vital en la época de la reforma agraria, pero lo que se requiere en estos momentos es la entrega de títulos definitivos a los parceleros para que sigan operando como hasta ahora, pero con posibilidad de acceder a créditos bancarios.

Otra área en la que se pueden hacer reformas tendentes a reducir costos es la de transporte, con la fusión de las cinco o seis instituciones públicas de ese sector en una sola entidad, que pudiera ser un ministerio de transporte. Lo mismo se puede hacer con el sector energético, creando un Ministerio de Energía y Minas que implique la eliminación de la CDEEE y la recomposición de las empresas eléctricas estatales en una sola, no como ahora, que hay tres distribuidoras públicas y separadas.

Hay muchas otras entidades que pueden ser reducidas o eliminadas, y sería un gran ahorro.

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