La escuela parece ser el foco de atención principal de los dominicanos de estos tiempos. El gobierno concentrado en que los fondos del 4% se inviertan con calidad y en construir aceleradamente los locales escolares, con metas muy precisas durante el período que transcurre. Ayer mismo, el Presidente de la República reunió a los gobernadores y según fuentes no autorizadas, el tema principal fue pasar balance al proceso de edificación de las escuelas.
La sociedad está muy atenta al programa en desarrollo y los actores sociales relacionados al tema por igual se muestran muy preocupados. La última manifestación en ese sentido es de la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica. Observa que si bien los planteles están diseñados de acuerdo a las normas instituidas en el Reglamento para Análisis y Diseño Sísmico de Estructuras del Ministerio de Obras Púbicas, le inquieta que con tanta celeridad, en la práctica no se cumplan las normas trazadas en la materia, aunque el ministro Gonzalo Castillo ha dado garantías de que las regulaciones se están aplicando debidamente y no se debe temer.
Aunque cuando se oye decir que “si (las escuelas) se terminan ignorando… lo requerido por las normas sísmicas y la Guía para la Construcción de Escuelas Seguras, ante un evento de gran magnitud, como de escala siete u ocho, estas nuevas escuelas no van a resistir y la catástrofe sería enorme si el sismo ocurre en un momento en que se esté impartiendo la docencia”, es como para sobrecogerse. Una voz de alarma muy lúgubre. Pero aspiramos a que el Ministerio de Obras Públicas de todas formas lo entienda como una advertencia. Y si fuese necesario, que adopte mayores previsiones.
Estamos a tiempo. Puede ser prudente tomar nota de cuanto se ha dicho. Quizás resulte válido endurecer la supervisión de las obras comprometidas. Eso no daña, aunque para los especialistas sea una simple redundancia.
