Alberto, una historia de fe, trabajo y paciencia

Nunca imaginó que podría lograr tantas hazañas juntas. Pero su fe de guerrero de Dios, mantuvo a Hanser Alberto preparado para recibir las grandes bendiciones de un año marcado de sueños.

Nunca imaginó que podría lograr tantas hazañas juntas. Pero su fe de guerrero de Dios, mantuvo a Hanser Alberto preparado para recibir las grandes bendiciones de un año marcado de sueños. Como si fuera poco, fue parte del equipo de los Gigantes del Cibao que se erigió con la corona a inicios de este año. Cuatros meses después, viviría el momento más anhelado: el debut en Grandes Ligas. Para luego sellar su magistral año siendo el protagonista de la victoria de Texas Rangers en el segundo partido contra los Azulejos de Toronto en la serie divisional de la Liga Americana. “Un año súper exitoso, lo cual, nunca olvidaré. Desde que comencé a jugar pelota, ese es el sueño de cada jugador, llegar a Grandes Ligas, gracias a Dios me da la oportunidad. Y a los Texas Rangers, por confiar en mí, en mi talento”, expresó sonriente Alberto a elCaribe.

Tras seis años en las Ligas Menores de la organización de Texas, Hanser recibió el llamado para debutar en la Gran Carpa, el 29 de mayo. “En ciertos momentos, me desesperé, pensando que era el tiempo de uno, pero aprendí que es en el tiempo de Dios. Mientras tanto, me mantenía trabajando. Sabía que yo no controlaba eso, que lo único que podía controlar era jugar duro y enseñarle a ellos, el hambre y el deseo de yo subir a Grandes Ligas”, expresó el dominicano. Alberto, de 22 años, bateó .222 de promedio, dos dobles, un triple y cuatro impulsadas en 41 partidos en Las Mayores. En cambio, en 81 juegos de ligas menores con el equipo Round Rock (Triple A) tuvo promedio de .310, cuatro cuadrangulares con 32 impulsadas.

Pero lo que nunca borrará de su mente, fue ese emotivo juego que entró en sustitución de su compatriota Adrian Beltré, y remolcó con un sencillo la carrera de la ventaja en la 14ta entrada y para que Texas se impusiera 6-4 a los Azulejos de Toronto en el segundo partido de la serie divisional de playoffs de la Liga Americana. “Cuando tu naces marcado, la bendición te persigue, Dios ha puesto gracia en mí, donde quiera que me mueva ahí esta él, fue un día muy especial para mí”, afirmó.

Beltré fue de gran ayuda

Valoró los conocimientos que aprendió del estelar jugador de Grandes Ligas, Adrian Beltré. “No lo veía así como lo vi en la postemporada. Ahí me di cuenta que tiene el deseo, el corazón para jugar, yo que estaba al lado de él sabía cómo se encontraba de salud, y el hombre batallaba, salía a competir”, sostuvo Alberto, quien elogió la profesionalidad de Beltré, quien ha militado en las Grandes Ligas por 18 temporadas.

“La gallardía fue lo primero que aprendí de él. Aprendí a valorar el juego, a jugar entregado; en los payoffs me estuvo enseñando mucho a manejarme en las distintas posiciones. Y por eso, quise integrarme desde temprano al béisbol invernal para desarrollarme más y sacarle provecho a todo lo aprendido”, dijo.

No obstante, el francomacorisano reveló que la mayor transformación en su juego la experimentó al lado del instructor de bateo de la filial de Triple A, Justin Mashore. “Él me cambio la forma de bateo. Tenía una manera que me estaba afectando mucho con los pitcheos rompientes. Cuando tú cambias drásticamente, se toma tiempo, pero en unos cuatro partidos asimilé rápido y se pudieron ver los resultados rápidamente de un .230 subí casi .330”, explicó Alberto.

Alberto no dudó ni un instante en volver a uniformarse con los Gigantes, y, luego de varios días de descanso, decidió unirse al equipo que la temporada pasada conquistó el campeonato en el béisbol invernal. “Somos una familia, creamos una dinastía en los últimos dos años. Tenemos que seguir sumando felicidad. Ahora, estamos pasando por un proceso difícil, pero no creo que se quede ahí, vamos a seguir adelante”, expuso Hanser en relación a la quinta posición en la que se encuentran los Gigantes (5-8 sin la jornada de anoche) en esta contienda.

Con su brillante sonrisa, el jugador nativo de San Francisco de Macorís es conocido por su humildad y perseverancia que atrae a todos sus compañeros, dirigentes y seguidores.

“Soy alegre, transmito felicidad donde quiera que llegó. También, Siempre he sido responsable y llego siempre temprano a cualquier equipo que pertenezco”, agregó Alberto.

“Es el camino que nos fortalece, pasamos procesos difíciles, pero la fe te enseña a trabajar duro, sabiendo que los obstáculos, no son la prueba que te van a detener cuando tienes tu camino claro”, dijo finalmente el sencillo jugador.

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