Aparte de la curiosidad sobre quién será la persona que habrá de dirigir el Ministerio de Turismo, la principal interrogante del momento en este sector es sobre las implicaciones y la factibilidad de elevar a 10 millones en 10 años la llegada de turistas al país, que es el objetivo propuesto por el presidente electo Danilo Medina.
Este es un tema muy interesante que será uno de los puntos más importantes de la agenda y del que se hablará muchísimo en los próximos cuatro años, por su trascendencia y porque además es la formulación como objetivo principal de la propuesta-compromiso de Medina para el turismo.
Abundan los incrédulos y los vaticinios pesimistas, pero el reto es provocador y debería ser un motivante estímulo para la acción, para los líderes y profesionales del turismo, comenzando por los segmentos del sector federados en Asonahores y otros independientes como la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur). ¿Por qué entusiasmarse? ¿Por qué creer que algo cambiará?
Una de las buenas noticias de julio es que en el primer semestre del año la llegada de turistas aumentó un 7.3% y de mercados importantísimos como el de Estados Unidos, el incremento fue de un 14.4%, América del Sur un 19% y Rusia un 51.3%. Además, por primera vez desde principios de la pasada década, Puerto Plata logra un semestre con crecimiento (5.2%). Esto es interesante, porque para cumplir la meta propuesta tenemos que lograr un crecimiento anual promedio sobre el 10%. ¿Es posible mantener este ritmo y sumar los 3 puntos que faltan para llegar a 10% de incremento? Estoy entre los optimistas y creo que sí.
Para sostener un crecimiento promedio del 10% en los primeros años de la década 2013-2022, para empezar tenemos un inventario con más unas 15 mil habitaciones disponibles distribuidas por todo el país, como se desprende del hecho de la ocupación promedio registrada en lo que va de año frente a un inventario de poco más de 60 mil habitaciones, porque aunque la cifra oficial es mayor, han circulado diversos reportes sobre habitaciones cerradas, cuestión que en los próximos meses tendrá que ser aclarada.
Estos resultados entusiasman y lo que me hace pensar que algo cambiará es que: Primero, nunca antes un candidato y después en la transición como presidente electo, había tenido el interés en el turismo mostrado por Danilo, al punto de considerarlo uno de los cuatro ejes fundamentales de su programa económico; y segundo, tampoco nunca antes nadie en el Gobierno, y tampoco un presidente, se había atrevido a plantear un objetivo tan preciso y cuantificable para el sector. Esa es una buena razón para pensar que en los próximos años algo cambiará.
