Un corazón puede ser tan inhóspito como un desierto y tan peligroso como la profundidad de la selva. Los caminos que lo entrelazan con la vida son caminos donde sólo los que tienen identidad, autorespeto y coraje logran atravesarlos.
Salir ilesos es posible, pero no fácil. Si tu dolor, el rechazo o la soledad se han adherido a tu identidad, eres presa fácil. El placer de la aventura solo te dará alivio, jamás plenitud o felicidad.
Sólo quienes aman verdaderamente la vida, conocen su propósito, y tienen muy claro el norte, resistirán y saldrán adelante.
Enfoquémonos en la confianza y obediencia a Dios, no aquella que nace del temor, sino que depende del abandono en Su amorosa voluntad, siempre buena, agradable y perfecta! l