Con los niveles de delincuencia estamos cada vez más expuestos al ataque de asaltantes en cualquier momento; procurando protegernos, andamos en alerta o “chivos”.
Así mismo debiéramos con relación a los “asaltantes emocionales”, personas que conspiran contra nuestro humor y paz mental.
El superior que te culpa al fallar él; “amigos” que critican aviesamente; la familia que te desinfla al pronunciarse pesimista sobre tus proyectos, se cuentan entre ellos.
Cada atacante emocional exige prevención a la medida, pero la defensa empieza en general por evitar en nosotros condiciones que les dan oportunidad para hacer blanco: baja autoestima, estresarnos al punto de explotar, hacer a otros lo que nunca quisiéramos nos hagan a nosotros.
[email protected]