Las muertes son las más recientes en una ola de violencia que ha cobrado las vidas de más de 2.600 personas desde el comienzo de abril. El derramamiento de sangre — el peor en Irak en cinco años — está causando temores de que el país se acerca al borde de una guerra civil entre suníes y chiíes.
El ataque más mortífero ocurrió el miércoles al caer la noche, cuando los iraquíes marcaban el fin del primer día del ayuno de Ramadán, aunque le tomó tiempo a las autoridades conocer de las muertes y solamente proveyeron detalles a la mañana siguiente.
Hombres armados lanzaron su ataque contra un retén del Ejército cerca de Barwana, al otro lado del río Eufrates frente a la ciudad de Haditha, unos 220 kilómetros (140 millas) al noroeste de Bagdad en la provincia de Anbar, mayoritariamente suní. El alcalde de Barwana, Meyasser Abdul-Mohsin, dijo que tres soldados murieron y cuatro resultaron heridos en ese ataque.
Seguidamente, los atacantes se fueron a un remolque no lejos del lugar que es usado por la Policía especial de la industria petrolera asignada a la protección de un oleoducto cercano. Los hombres dentro del remolque estaban sentados para el iftar, la cena que rompe el ayuno diario, dijo Abdul-Mohsin.
Los milicianos balearon el remolque y lo incendiaron antes de escapar del lugar, dijo el alcalde. Once policías murieron, y algunos de los cadáveres estaban tan calcinados que era difícil identificarlos, agregó.
Un funcionario de seguridad en Haditha ofreció una versión similar de los hechos y confirmó la cifra de muertos.
Exxon Mobil Corp., BP PLC y otras compañías petroleras internacionales han invertido en Irak dese la invasión estadounidense del 2003 para aprovechar la vasta riqueza petrolera iraquí. El país es ahora el segundo mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, después de Arabia Saudí. Los ingresos petrolíferos representan 95% del presupuesto de Irak.
Milicianos lanzaron nuevos ataques el jueves.
Tres milicianos trataron de chocar su coche cargado de explosivos contra una estación policial fuera de la capital de la provincia de Anbar Ramadi, dijo el concejal Talib Hamadi. Dos policías murieron y otros cuatro resultaron heridos en el ataque, aunque las fuerzas de seguridad lograron matar a los atacantes antes de que pudieran detonar sus explosivos, dijo Hamadi.
Más adelante, extremistas atacaron la estación central de Policía en la vecina ciudad de Faluya, también en Anbar.
Un coche bomba inició el ataque. Los pistoleros entonces se enfrascaron en un tiroteo con la Policía y otros milicianos dispararon morteros contra el edificio. Otro atacante entonces estrelló un automóvil cargado de explosivos contra el cuartel.
Cuando acabó el ataque, siete policías habían muerto y otras 17 personas estaban heridas, 15 de ellas policías, dijeron las autoridades y fuentes de hospitales.
Una bomba estalló más tarde en un camino en el centro de Faluya, matando a un policía e hiriendo a otros dos.
Un coche bomba estalló en el distrito comercial de Karradah, en Bagdad, el jueves por la tarde, matando a dos policías e hiriendo a otras 13 personas, dijeron autoridades.
Milicianos atacaron también en la volátil ciudad de Mosul, 360 kilómetros (225 millas) al noroeste de Bagdad. Los pistoleros en autos en marcha balearon a un soldado y un civil en ataque separados. Otro policía murió cuando una bomba estalló junto a una patrulla en la ciudad.
Funcionarios proveyeron información sobre los ataques en Faluya, Bagdad y Mosul a condición de preservar el anonimato, porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.
Por otra parte, un coche bomba estalló por la mañana cerca de un palacio de justicia en la ciudad de Tuz Khormato, en el norte del país, hiriendo a 30 personas, dijo el alcalde Salal Abdool. Otro coche bomba estacionado explotó en un pueblo afuera de Kirkuk, hiriendo a siete civiles, dijo el mayor general Jamal Tahir, jefe de Policía provincial.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad. Milicianos suníes, incluyendo la rama iraquí de al-Qaida, suelen arremeter contra las fuerzas de seguridad y la vital infraestructura petrolera del país con el propósito de socavar al gobierno encabezado por los chiíes.
