El primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, se ha cogido con “cerrar” los mercados fronterizos, so pretexto de que por esa vía Haití pierde entre 300 y 500 millones de dólares al año de impuestos que debía cobrar a productos provenientes de República Dominicana.
La aspiración a mejorar el ingreso de recursos mediante el cobro de impuestos a las importaciones es legítima, pero se nos ocurre que el funcionario podría estar cometiendo un error. No sabemos si está en conocimiento de las implicaciones que tienen esos mercados binacionales, los empleos que generan, el valor de los productos primarios para la ingesta de los sectores más empobrecidos de la línea fronteriza haitiana y los conglomerados poblaciones intermedios. Si tuviera todos los datos, se estaría dando cuenta que está atizando un fuego interno.
