Cotuí. Pedro Ferreira nació y creció en Sabana Rey, Cotuí, un pequeño poblado ubicado a menos de dos kilómetros de donde la minera Barrick Gold lleva a cabo sus operaciones.Desde el 1998, el pequeño productor, que lidera la Federación Campesina Zambrana-Chacuey, fue convirtiendo sus predios agrícolas en fincas agroforestales y aprovechando al máximo la riqueza del lugar con el acompañamiento y asesoría del Plan Quisqueya Verde.
Hoy en día, a través del Proyecto de Manejo y Conservación de los Recursos Naturales de las Colinas Bajas, que ejecuta la minera canadiense junto a Enda Caribe, Ferreira no sólo ha reforestado su finca sino que ha diversificado su producción, incursionando en áreas como la apicultura, la ganadería, el cultivo de cacao y próximamente en el ecoturismo, con la habilitación de senderos forestales para mostrar a nacionales y extranjeros las bondades de su tierra.
Durante un recorrido con periodistas de distintos medios de comunicación, el hombre mostró con orgullo sus plantaciones de caoba, melina, acacia, limón, canela, malagueta y el abiu, un dulce fruto exótico originario de Brasil.
Mamerto Valerio, director ejecutivo de Enda Caribe, afirma que como Pedro, más de seis mil pequeños y micro productores se han incorporado al negocio agroforestal y han conformado un clúster comunitario, en el que todos son beneficiados con la siembra y venta de distintas clases de madera.
Según explicó, Barrick Gold les ayudó con la rehabilitación de un aserradero en octubre pasado, que se ha convertido en el corazón económico del poblado El Limpio.
Asimismo, se han creado 20 viveros agroforestales con especies maderables, frutales y medicinales, que están siendo plantadas a todo lo largo del Corredor Biológico, que va desde Piedra Blanca y se extiende hasta el Parque Nacional de Los Haitises, a fin de proteger las fuentes de agua, y al mismo tiempo, dándoles la oportunidad a las familias de 22 municipalidades de sembrar productos agrícolas para su sustento.
De igual manera, el proyecto ha intervenido las fincas de más de tres mil productores, cuyos suelos se hallaban degradados por la deforestación y agricultura extensiva, donándoles las plantas de siembra y apoyándoles en la preparación y limpieza de la siembra.
Mamerto Valerio dijo que el reto para los próximos dos años es agregar valor a la producción de leche, madera y cacao, con un plan de mercadeo que contribuya a que sus beneficiarios hagan que el proyecto sea autosostenible en el tiempo.
Proyecto lechero ayuda a comunitarios Jobo Claro
El proyecto de Responsabilidad Social de la minera también ha tocado a un grupo de 18 comunitarios de más de 50 años de edad, que desarrollan actualmente un proyecto lechero con las 14 vacas de raza Holstein que les fueron donadas, cuyos beneficios son repartidos entre sus socios. Otro de los componentes del programa ha consistido en el establecimiento de 18 microacueductos para mejorar el acceso de agua de unas 553 familias.
