Los equipos que la Procuraduría General pretende instalar en los 37 recintos carcelarios del país para bloquear la señal de celulares podrían provocar daños a la salud de los reclusos y el personal administrativo. Y costarían más de US$3 millones 700 mil (RD$140 millones 600 mil).
Según Gabriel Lipovesky, experto israelí en temas de seguridad, los inhibidores que cubren más de doce metros a la redonda tienden a alterar el funcionamiento del cuerpo humano, si previamente no se hacen las observaciones y calibraciones necesarias.
Por esta y otras razones, explicó, Israel no vende inhibidores de alto alcance a interesados que no cuenten con un permiso o licencia del Estado de procedencia. “Eso trabaja con una frecuencia muy alta. Por eso lo que se estila hacer es un estudio del lugar, que determine qué equipo se necesita para no afectar al ser humano. Hay equipos que pueden usarse solamente en espacios abiertos”, precisó Lipovesky, quien conoce la posibilidad de los daños a la salud solo por advertencias generales de los fabricantes.
Al seguir con la explicación el especialista dijo que cada artefacto se instala de acuerdo a las condiciones físicas del edificio intervenido, por lo que el precio de la unidad podría variar en las diferentes cárceles del sistema penitenciario. Los precios modelos que conoce cuestan entre US$500 y US$2,000. Los referidos por el Ejecutivo tienen un mínimo de US$100 mil.
Además agregó que el inhibidor también permite que sus administradores determinen cuáles números telefónicos sí pueden funcionar dentro de los recintos, de manera que los agentes de la Policía, el Ejército y la Dirección General de Prisiones podrían mantener sus respectivas comunicaciones inalámbricas internas y externas sin mayor dificultad.
En el país hay cerca de 21 mil reclusos, 65% de manera preventiva.
Informe de la Dirección de Prisiones
Ayer, el director general de Prisiones, Roberto Obando Prestol informó que las cotizaciones iniciales indican que los aparatos inhibidores de señal de celulares para recintos pequeños costarían 100 mil dólares por unidad, mientras que los aparatos para cárceles grandes tienen un precio promedio de 200 mil dólares.
