Caficultura de RD agoniza por falta de planificación

El trayecto que lleva la caficultura dominicana hace de ese renglón un perfecto candidato para declararlo en estado de emergencia.

El trayecto que lleva la caficultura dominicana hace de ese renglón un perfecto candidato para declararlo en estado de emergencia.En los últimos años el azote de las plagas, la falta de financiamiento y la incapacidad para introducir  variedades mejoradas, propiciaron que el café, uno de los brazos fuertes de la economía en el pasado, cayera en un abismo del que ha sido difícil rescatar.

Entre 1980 y 1990 la producción promedio anual de café rondaba el millón 100 mil quintales. Las cifras más actualizadas que maneja la Confederación Cafetalera Dominicana (Concafed) indican que actualmente se cosecha apenas entre 250 mil y 300 mil quintales/año. Mientras, del lado oficial, el Consejo Dominicano del Café (Codocafé) sostiene que la producción ronda los 480 mil quintales. Cualquiera de las dos cifras que sea la real representa, en todo caso, menos de la mitad de lo que cosechaba República Dominicana hace 30 años.

En la década que refiere el Concafed a través de su presidente, Rufino Herrera, el país se agenciaba unos US$79 millones anuales por concepto de exportación. En la última década eso se redujo a US$12 millones. Rufino no anda lejos de la realidad, si se toma en cuenta que en 2012, el valor exportado de café verde en granos apenas alcanzó los US$11.08 millones, de acuerdo a estadísticas del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD).

La broca del café y la roya se han encargado en gran manera de tirar “al piso” los cafetales dominicanos. En eso coinciden el sector público y el privado. El director ejecutivo del Codocafé, José Fermín Núñez, confirmó ayer a elCaribe que mediante un diagnóstico de la caficultura, se determinó que en el Sur al menos un 27% de las plantaciones están afectadas y en el Cibao cerca del 17%. Eso, en término de extensión geográfica  representa globalmente unas 420 mil tareas afectadas, de un área cafetalera de 1.6 millones que tiene República Dominicana.

Cuando la broca y la roya le caen al café es prácticamente lo mismo que una maldición. La roya afecta considerablemente la hoja y la broca se encarga de acabar con los granos. “El principal problema que tenemos los caficultores es la baja productividad por tarea. No existe financiamiento para la producción y a esto se agrega la presencia de la roya y la broca, como nuevo elemento. Pero el mal de fondo que hemos tenido, aunque los gobiernos lo nieguen, ha sido la falta de atención oficial. Las autoridades hablan de que hay recursos, pero usted va a los bancos y no existe un programa definido para la caficultura”, sostiene Herrera.

Sin embargo, reconoce que ha habido anuncios importantes por parte del presidente de la República y el Ministerio de Agricultura, “aunque en la práctica se haya visto poco resultado”. “La única acción que se ha visto es la entrada de una semilla nueva de café de Centroamérica, resistente a la roya, pero esa variedad no está probada en el país, por tanto, no sabemos cuál será su comportamiento”, expuso. En efecto, el director de Codocafé dijo que la variedad de café que predomina en el país es el típico, aunque hay Caturra y Catuahí. El típico tiene una baja susceptibilidad a la roya y produce poco. El Caturra es susceptible a la roya y tiene buena producción. Las variedades que se introducirán son los tipos Catimor y Sarchimor, informó Núñez. De Honduras el Gobierno traerá semillas lempira, de Costa Rica la variedad Costa Rica 95, de Colombia la variedad Castillo y de Brasil se introducirán dos tipos.

La mirada estatal

El pasado mes de abril el presidente Danilo Medina emitió el decreto 101-13, declarando de alto interés nacional el control de la roya del cafeto, y dispuso de RD$154 millones para adoptar las medidas necesarias para combatir la expansión de esa enfermedad vegetal. Sin embargo, el representante de la Concafed sostiene que “el decreto discrimina a los grupos organizados y solo incluye a la parte de la industria”. Herrera aclara que está de acuerdo con la inclusión de la industria en el capítulo, pero  a la vez muestra inconformidad “porque a los organizados los anularon en el decreto”.

De los RD$154 millones que dispuso el Gobierno se han movido unos 26 y hay compromisos generados por otros 22 millones, informó el director del Codocafé.
De la caficultura viven 30 mil familias y se generan 102 mil empleos, muchos de ellos en las montañas del país. Antes, el aporte era mayor.

El año pasado se exportaron 132 mil quintales de café, pero se importaron 88 mil, según el Codocafé. El Concafed dice que las importaciones fueron de 150 mil quintales.

Unas 300 mil tareas reciben aplicaciones

Los datos del Codocafé indican que el consumo de café en República Dominicana es de 500 mil quintales/año. Un paquete de café de 12 sobres cuesta 180 pesos en los colmados, es decir, 12 pesos la unidad. En la Bolsa de Nueva York, los contratos de futuros de café de 37,500 libras cada uno, subieron a US$124.10. Para contrarrestar la caída de la producción, el Gobierno realiza labores culturales en las fincas, adiestrando sobre el control de malezas y de sombra. Se han hecho también aplicaciones protectoras, en porciones de terreno, partiendo de la etapa del producto y el nivel de afección.

El director del Codocafé informó que hay 11 mil fincas intervenidas, es decir, unas 300 mil tareas que han recibido aplicaciones y asesoría cultural. Como ha habido muerte de plantas, las acciones están dirigidas a producir variedades resistentes a las plagas y se han establecido 400 viveros oficiales. José Fermín Núñez coincide con Rufino Herrera, en el sentido de que la caficultura no ha sido declarada “de emergencia porque la Constitución tiene una serie de condicionantes para poder hacer esa declaratoria. Sin embargo, dijo que se puede declarar de alto interés nacional la eliminación de la roya del café para salvar la caficultura nacional.

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