La temporada ciclónica termina este 30 de noviembre. Los dominicanos la vivimos sin tragedias. Pero el fin de este período no significa que los riesgos que conllevan los fenómenos naturales han sido rebasados. Cada vez son mayores y pueden producirse en cualquier época del año. Hemos sufrido tormentas muy destructivas fuera de temporada, recientemente y en el pasado remoto.
Pero pueden producirse ahora con más frecuencia e intensidad. La causa de ello es el cambio climático. Precisamente, el fin de la temporada ciclónica termina con el inicio de la decimoséptima cumbre sobre cambio climático que se celebra en Durban, Sudáfrica, durante la cual gobiernos y organizaciones de la sociedad civil discutirán sobre los daños que el ser humano está provocando a la Tierra, por la generación de gases de efecto invernadero.
La cumbre, sobre la que se tiene muy poco optimismo, es de importancia, porque se efectúa en la víspera del fin de los acuerdos de Kioto, la reunión en Japón celebrada en 2005, cuyos acuerdos expiran a finales de 2012.
Esos acuerdos obligaron a los países más industrializados a disminuir la emisión de gases tóxicos a la atmósfera. Las dos naciones que emiten más veneno, Estados Unidos y China, siguen renuentes a respetarlos.
Los efectos sobre la Tierra son devastadores. El calentamiento global es más perceptible y se refleja vivamente en los glaciares que se están derritiendo, con efectos horrorosos sobre los mares.
Según Naciones Unidas, los países y regiones que podrían verse afectados gravemente son India, Pakistán, Afganistán, Sudeste Asiático, el Norte de África, Perú, México, Colombia y algunos países del Caribe. República Dominicana y Haití están entre las primeras 10 naciones con mayores riesgos de sufrir fenómenos naturales como ciclones, terremotos, inundaciones, sequías, tsunamis y otros, en cualquier momento.
Mientras, los grandes generadores de estas amenazas se dan sus propios plazos, renuentes a someterse a los acuerdos.
