Cassá: Duarte fue el único que pensó siempre en la existencia de un Estado soberano

“Ninguno de los intelectuales, letrados, militares o activistas de la gesta independentista del siglo XIX atinó a pensar en la existencia de un Estado soberano, a excepción de Juan Pablo Duarte, quien pasó de ser líder del movimiento a ser un proscr

“Ninguno de los intelectuales, letrados, militares o activistas de la gesta independentista del siglo XIX atinó a pensar en la existencia de un Estado soberano, a excepción de Juan Pablo Duarte, quien pasó de ser líder del movimiento a ser un proscrito, calumniado, olvidado y desterrado durante décadas”.

Así lo estableció Roberto Cassá, director del Archivo General dela Nación, en su conferencia Magistral “Duarte y la independencia Nacional de1844”, en la que abordó desde una perspectiva política “El componente principal de su obra, que fue la creación del Estado Dominicano, la concreción de que los dominicanos debíamos estar constituidos en nación, a través de un estado soberano, del ejercicio de la ciudadanía que implica la colectividad de la nación, como ente moderno de conformación de los estados modernos”.

El legado de Juan Pablo Duarte fue recuperado gracias a la labor de rescate de documentos y testimonios de historiadores de finales del siglo XIX, lo cual ha permitido su reconceptualización, más allá de su liderazgo y labores de organización y logística de los grupos independentistas.

Los opuestos al estado haitiano en los sectores superiores de la población, provenientes del mundo colonial, aspiraban de alguna manera al retorno a la situación colonial, no se plantearon nunca un orden más avanzado y “ahí entra el planteamiento de Duarte de la creación de un Estado, cuando eso no estaba en la agenda de nadie”, explicó Cassá.

Esta idea neocolonialista se correspondía en buena manera con los planteamientos de conservadurismo existentes ya en América Latina, una reacción contra el establecimiento de un estado democrático.                                                                                                                                                                                          

Cassá planteó tres conclusiones básicas: en primer lugar que Juan pablo Duarte fue quien ejecutó la prédica de un estado plenamente soberano. “Una idea de locos para el pensamiento conservador de la época y sin embargo él lo sostuvo sobre la base de que los dominicanos ya constituíamos una nación y de que por consiguiente podíamos constituirnos en estado. Aquí se diferencia de los conservadores”.

En segundo lugar, el planteamiento dela Democraciaradical. “Llevar más allá de las experiencias liberales en Europa (las conocidas) y sugirió en su proyecto de Constitución, que destruyó por razones que no quedan claras, la creación de un poder municipal que permitía la participación del pueblo en los asuntos públicos. Una comunicación pueblo-estado”.

En tercer lugarla Democracia Social.“Duarte llama a romper con los impedimentos étnicos para la unidad nacional, que no haya discriminación, que no haya ventajas para un sector sobre el otro y que por el contrario que los dominicanos se hagan conscientes del mestizaje generalizado y lo utilicen como virtud política y a esto lo llama Unidad de Raza, no de razas, negando la noción reaccionaria de la raza, porque en realidad solo hay una raza, la de los dominicanos y así esboza un concepto sociocultural, en contra de la ideología colonial”.

Citó las dificultades que han tenido los historiadores para establecer los hechos y la lógica de lo acontecido, debido a la casi ausencia de testigos históricos, la naturaleza opresiva del régimen que prohibió publicaciones periódicas, así como la censura que impedía la libre expresión de las ideas o el establecimiento de organizaciones políticas, por lo que los investigadores han tenido que auxiliarse de historiadores haitianos, cartas personales, así como recopilaciones de testimonios de la época que han sobrevivido al tiempo y que sin embargo dejan algunas fisuras en algunos casos.

Cassá hizo un recuento de los principales elementos que intervinieron para que las ideas de Duarte se hicieran realidad, después del 27 de febrero de 1844, y estableció la causalidad histórica que llevó a que los acontecimientos se desarrollaran como sucedió y terminaran con el establecimiento de la una hegemonía conservadora, contraria a los planteamientos de Duarte, y que casi 20 años después terminaría con la anexión a España de marzo de 1861 y su derrota por parte de los insurgentes dominicanos entre 1863 y 1865.

El éxito en la concreción de las ideas de Duarte se basó fundamentalmente en su estrategia de utilizar las condiciones históricas favorables del momento para esparcir sus pensamientos sobre la idea nacional, que no pasada por la cabeza de nadie, pero él fue capaz de verlo tras los componentes sociales y en consecuencia colabora, contribuye decisivamente a la convocatoria de unos sujetos que se dan cita en la gestación del 27 de febrero y en la concreción indefinida, con el  paréntesis del 63 al 65, del estado dominicano.

El descalabro económico provocado por el frenazo que significó la aplicación del Tratado de Basilea en 1795, que alteró todos los ritmos de desarrollo, provocó grandes migraciones que se produjeron tras la entrada de Toussaint Louverture en 1801, la invasión del jefe del Estado haitiano Jean-Jacques Dessalines en 1805 y luego de la ocupación de 1822, cuando según datos precisos, alrededor de 3 mil personas abandonaron el país por imposibilidad de permanecer bajo el dominio haitiano.

En el período haitiano la población creció considerablemente, la economía creció hasta cierto punto, pero con menos fuerza y en ese sentido, se fueron planteando situaciones que aunque de manera débil, conducen a un cuestionamiento de los términos en que se produjo la dominación haitiana.

Las razones puramente económicas que impulsaron el plan Levasseur con el que Haití pretendía buscar apoyo de Francia, luego que ésta abandonara a su ex colonia, hasta las dudas sobre si Francisco del Rosario Sánchez solicitó el protectorado a Francia o no; la campaña de descrédito de Santana contra Juan Pablo Duarte, el descontento por la ferocidad y los abusos de la casta mulata que gobernaba a Haití contra el resto de la población.

La existencia de un estado ineficaz, incapaz de propiciar el desarrollo de las fuerzas productivas, que no supo romper la tendencia de la economía campesina a que dio lugar la revolución antiesclavista y en la parte dominicana se sumaba la orden de opresión nacional, puesto que los dominicanos fueron marginados en la esfera del estado haitiano y una parálisis de las fuerzas productivas, después de un momento de estímulo con las medidas de distribución de tierras, cuando fracasó el intento de poner en práctica el código rural en 1826. 

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