Como se salva un moribundo

El relanzamiento del Partido Reformista Social Cristiano no debe hacerse sobre la base de una reconciliación o la vuelta de aquellos que le abandonaron en momentos difíciles por posiciones públicas. Con ello sólo apresurarían su desaparición.…

El relanzamiento del Partido Reformista Social Cristiano no debe hacerse sobre la base de una reconciliación o la vuelta de aquellos que le abandonaron en momentos difíciles por posiciones públicas. Con ello sólo apresurarían su desaparición. A esa gente no le interesa el partido sino ganar puntos con el gobierno.

Si los cuadros medios y los dirigentes que han permanecido fieles a la herencia de la organización no se lanzan al ruedo, tendrán que conformarse con ver la velada desde las gradas, porque tampoco habrá asientos de palcos para ellos. Alguien allí debe encabezar una cruzada de redención y asumir de facto la dirección del partido. No deben tener temor de que una acción de este tipo genere división. De hecho el partido está dividido y en el plano partidario los alzamientos tienden por lo general a reunificar las facciones que deambulan dispersas por falta de orientación.

Al partido sólo lo salva una operación quirúrgica. Un levantamiento. La toma de las sedes y el reclamo de cambios. Pero eso no pueden hacerlo ninguno de los dirigentes que lo controlan hoy en día y que lo han llevado al borde del precipicio. Corresponde la tarea a aquellos que ofrendaron sudores para que otros se llevaran los lauros. Es su última oportunidad. Si titubean dejarán el espacio que legítimamente les pertenece a los que siempre han estado al acecho para recolectar las siembras de otros. Los salvadores del PRSC son hoy gente desconocida, sin nombres sonoros, pero existen. Sólo necesitan salir de la oscuridad. Están llenos de luces porque son los verdaderos herederos del legado reformista. Deben asumir posiciones públicas. Apoyar las luchas sociales, denunciar la corrupción y unirse a las grandes causas. Las reformas se logran extirpando los tumores malignos que enferman las sociedades. El reformismo es un moribundo que requiere del uso de un escalpelo.

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