Condominios de clase media no escapan a problemas

Si en los estratos bajos la vida en condominio se torna caótica por las precariedades de sus moradores, la clase media tampoco escapa a los problemas que surgen de vivir en comunidad.

Si en los estratos bajos la vida en condominio se torna caótica por las precariedades de sus moradores, la clase media tampoco escapa a los problemas que surgen de vivir en comunidad.Francia López, administradora de un condominio en el ensanche Paraíso, se ha visto precisada a convencer a sus vecinos de construir una verja exterior para combatir los continuos atracos cometidos últimanente en el sector.

Aunque cuatro de los seis propietarios aceptaron su propuesta, López se queja de que hay dos que no quieren aportar su cuota.

Con una cinta métrica en la mano para medir el espacio donde irán colocadas las rejas, la dama cuenta con tono pausado que las mismas desavenencias surgieron cuando todos los propietarios aumentaron su cantidad de vehículos y tuvieron que habilitar más parqueos.

A esto se suman los problemas de filtraciones de un piso a otro, cuando hay que limpiar la cisterna y para pintar el edificio. No siempre hay acuerdo.  
Leonardo López, de la Red de Vida en Condominios,  afirma que las diferencias que surgen en la clase media se pueden solucionar con más facilidad por los niveles de educación y capacidad económica de los propietarios. “Muchos de esos problemas se logran solventar porque hay un estatuto de condominio y se hace difícil a una persona no cumplir con sus obligaciones, porque tiene unos niveles de educación y una capacidad económica para mantener el condominio”.

Aprovechar espacio y servicios

Los condominios surgen con el fin de aprovechar el espacio y los servicios básicos en una zona. Así, lo que antes era una casa unifamiliar, hoy se ha convertido en un edificio con capacidad para albergar decenas de familias, principalmente en sectores como Naco o Piantini, que con los años ha crecido verticalmente. En el caso de Piantini, según el Censo de Población y Vivienda de 2002, contaba con 2,449 apartamentos frente a apenas 836 casas.

Un poco de historia

Los primeros apartamentos se construyeron en la calle Santiago de Gazcue, al final de la Era de Trujillo cuando la clase media vio en este tipo de viviendas una solución más económica para convivir padres e hijos casados o varios amigos, según explica la urbanista Amparo Chantada.

La experta en geografía urbana y planificación afirma que como iniciativa del Estado estas construcciones surgen bajo el mandato balaguerista, siendo el edificio Embajador, la primera  torre residencial de clase alta, igual que los Anacaona I, II y III. Para las clases baja y media baja se construyeron en Guachupita, Honduras y el kilómetro 10 de la Sánchez.

No observar reglas causa un impacto en la ciudad

Para Leonardo López, la falta de inspección del Cabildo cuando se construyen apartamentos propicia que las constructoras incurran en irregularidades que generan un impacto en la ciudad. Esto se traduce en problemas a nivel de salud pública, jurídicos, en cuanto a titulación y de seguridad cuando no se toman las previsiones necesarias para prevenir incendios. “Cada persona hace en el frente lo que le da la gana, no hay una autoridad que le diga mire, señor, esa acera usted no la puede romper porque es de la ciudad, la gente coge aceras y hace restaurantes, elimina los contenes y rompiendo los contenes elimina el drenaje, cuando llueve la ciudad se vuelve un caos”.

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