Los licenciados en contabilidad, contables, contadores públicos o tenedores de libros, como prefieran ser calificados, tienen grandes oportunidades laborales en la recién reactivada Unidad Ejecutora de Proyectos del Ministerio de Educación, que tiene la gran responsabilidad de dirigir la ejecución y llevar bien las cuentas de las extraordinarias inversiones que está haciendo el Gobierno en esa área. Eso no constituiría ningún motivo de inquietud e intriga periodística si no fuera por la sugerencia fresquecita que me recomiendan haga llegar al ministro Carlos Amarante Baret conocedores “del meneo” que hay en ese entorno para que se ponga ojo, corazón y escucha en esa Unidad y en el trabajo de sus integrantes. No se vaya a creer que es por nada, ¡nooo! …peeerooo.
Caliente, caliente
Hay funcionarios y/o figuras públicas que, en ocasiones, muestran una facilidad extraordinaria para atraerse problemas con periodistas y medios, la generalidad de las veces en forma innecesaria. Podría decirse que hay periodistas con ínfulas de la última Coca Cola del desierto, y es cierto; también igual los hay funcionarios y políticos, pero es tan fácil manejar la petulancia, necedad e intolerancia de cual que sea, que no hay obligatoriedad en caer en la confrontación ríspida, ácida e intolerante. Además, el que ejerce una función pública es pagado por los contribuyentes para servir, y el periodista labora para sus medios para informar, lo que en cierta forma, complementa a uno y otro, por lo que la mejor opción es la cohabitación, para no decir otra cosa. Estas reflexiones las hago a propósito de lo caliente, caliente, que algunos colegas de Nueva York tienen al cónsul dominicano acreditado allí, por la confrontación, inadecuada de ambas partes, que viene sosteniendo con la dirección del Colegio Dominicano de Periodistas en la urbe. No olviden los confrontados que lo cortés no quita lo valiente y que más vale un pleito que no se hecha. Sopórtense, sopórtense…
