Cuidado con el lavado de imagen

Con frecuencia ocurre que una persona con una imagen limpia y pública está en un lugar y se le acerca amablemente otra haciéndole todo tipo de reconocimientos y gestos de cortesía.

Con frecuencia ocurre que una persona con una imagen limpia y pública está en un lugar y se le acerca amablemente otra haciéndole todo tipo de reconocimientos y gestos de cortesía.

Es cierto que los elogios y la admiración resultan agradables y constituyen un estímulo para el ego personal, pero hay que tener cuidado con algunas invitaciones y acercamientos hacia los desconocidos o conocidos, simplemente porque nos hagan sentir bien.

Con la peligrosidad  que existe en la sociedad es preciso estudiar todas las opciones. No siempre que una persona nos invite a compartir un momento agradable tiene buenas intenciones. Dicho de otro modo,  debemos cuidar nuestra imagen para que no caigamos en el famoso refrán que reza “Dime con quien andas y te diré quien eres”.

Probablemente les estemos dando muchas vueltas al asunto para detectar un peligro que día a día ascecha a las personas públicas, a las figuras de la televisión o a los artistas de “imagen limpia”. Los expertos dicen que no solo se lavan los activos monetarios, sino también la imagen, y eso puede ser peligroso en una realidad dominada por personas de dudosa reputación. ¿Cuál es el meollo del asunto entonces? Un individuo que incurre en lo indebido se nos acerca y nos invita a disfrutar de los placeres de la vida, amparado en la admiración y el seguimiento que alegadamente nos da. De ahí vienen los buenos tragos, vacaciones en centros de recreación exclusivos  y pago del consumo en que hayamos incurrido.

Para el siquiatra José Miguel Gómez, presidente de la Sociedad Dominicana de Siquiatría,  el lavado de imagen consiste en que muchas personas que tienen problemas de narcotráfico, crimen organizado o con la justicia,   busca vincularse con personas de reputación sana para limpiarse o protegerse. “Lo ideal es tener cuidado con quien se sale, se toma una fotografíá y otras vinculaciones que solo las da la confianza  entre dos personas”, sostiene.

Grandes riesgos

José M. Gómez
Siquiatra

Uno de los grandes peligros de esa situación radica en que una vez la justicia llama al individuo que ha hecho un lavado de imagen, es cuando él muestra sus vínculos amistosos como un trofeo para confundir a las autoridades. Esa situación obliga a la justicia a requerir a la persona que tiene un historial limpio para que aclare su vinculación con el antisocial que se vendió como amable o simpático. “La persona que realmente quiere o aprecia a la otra, no la involucra en hechos de dudosa reputación, por lo que hay que cuidarse”, comenta  Gómez.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas