Cuando se formó el PLD se tejieron aspectos metodológicos para que protegieran su contenido ideológico. De ahí que el PLD es un partido de ideas. Si no hay ideas no hay contenido ideológico definido, sería espontáneo y marcado por el practicismo.
A solo cinco meses de su fundación, se celebró la Conferencia Salvador Allende en la cual se definieron las ideas básicas por las cuales se crearían los métodos de trabajo. Unos meses después, en agosto 1974, saldría la primera edición de Vanguardia del Pueblo, el cual se destinó a tres aspectos esenciales: 1).- Localizar lectores y discutir con ellos los temas y artículos que se publicaban, como una forma de intercambio de ideas. 2).- Invitarlo a cotizar una suma mensual, y 3).-Lograr que se organizará en el Partido.
Las opiniones contrarias del lector de Vanguardia se llevaban al organismo al que pertenecía el compañero y si el organismo las hacía suyas, se enviaba a los organismos superiores. Así enriquecíamos las líneas políticas a seguir.
Ahora bien, en el PLD son los organismos los que toman decisiones políticas, los órganos son comisiones de trabajo. Los Comités de Base, Comités Intermedios, de Circunscripciones, Municipales, Provinciales pueden adoptar decisiones políticas en sus demarcaciones, pero sin contrariar la de los organismos superiores (CP y CC).
La democracia interna funcionaba orgánicamente; dejaron de reunirse la mayoría los organismos, dejó de funcionar el Partido. Ahora lo que aún funciona es el Comité Político y el Comité Central.
Desde su inicio, las decisiones del CP vienen siendo de consenso, lo que significa tener sentido de cuerpo. Los partidos democráticos son los que debaten ideas, no los que callan ni hacen callar a su militancia; solo aprobada una posición política de consenso o con una mayoría calificada, se respeta y se asume.
Desde que el PLD empezó a gobernar, ha sido competencia del jefe de Estado dirigir el Gobierno. Pero el Comité Político ha decidido lo relativo a las políticas y nuestra representación congresual y municipal, incluyendo la integración de los bufetes respectivos.
La situación del Partido está tan grave y delicada que hemos cuidado de que no transfiera ese malestar al Estado, porque hasta ahí llegamos gobernando. Sin embargo, hemos alcanzado tanto poder por nuestros éxitos de gobierno y electorales, que ahora el Comité Político tiene una enorme tarea; debe darle todo el apoyo necesario al gobierno haciendo que nuestra representación en el Congreso y las alcaldías hagan eficientemente su trabajo; pero, al mismo tiempo, recuperar al Partido y modernizarlo para llevarlo a la era digital, de la ciencia y el conocimiento.
Se trata de la tarea más difícil que ha tenido la organización desde su fundación. Es hacer eficiente el respaldo del Partido al gobierno y, paralelamente, realizar una reingeniería partidaria para superar enormes deficiencias y colocarse a la cabeza de la modernidad.
Es enorme la tarea y para tener resultados favorables debemos apelar a otro criterio de los métodos de trabajo y es en la división social del trabajo; eso significa que junto al Presidente de la República gobiernen aquellos que han sido electos o designados a una posición pública. Otros, dedicarnos al trabajo partidario.
Teniendo nuestra cultura partidaria origen en las ideas, no es extraño gobernar con eficiencia y transformar al Partido con armonía y consenso.
