Danilo, Miguel, alianzas y encuestas

Las encuestas se conocen en el mundo político, desde que George Gallup hiciera público -por primera vez en la historia- los resultados de una encuesta que realizó en Estados Unidos para las elecciones presidenciales de 1936, donde vaticinaba el…

Las encuestas se conocen en el mundo político, desde que George Gallup hiciera público -por primera vez en la historia- los resultados de una encuesta que realizó en Estados Unidos para las elecciones presidenciales de 1936, donde vaticinaba el triunfo del demócrata Franklin Delano Roosvelt sobre su popular contrincante republicano Alf Landon. Desde entonces y hasta la fecha, es común la realización de encuestas en cada uno de los procesos electorales en los diferentes países del mundo. Lo que no es común y algo que nunca antes se había visto en la República Dominicana, es que a poco más de tres meses para unas elecciones, un candidato presidencial aventaje a su más cercano contendor por más de 30 puntos de ventaja. Eso demuestra claramente dos situaciones: Que hay una candidatura muy fuerte y otra muy débil. Los resultados de las más recientes encuestas publicadas en los diferentes medios de comunicación, demuestran claramente que fue acertada la decisión del PLD y su candidato presidencial Danilo Medina, de hacer una alianza sin precedentes con el Partido Revolucionario Dominicano y presentar candidaturas comunes al nivel presidencial, congresual y municipal. Con esta decisión, Danilo logró blindar sus aspiraciones reeleccionistas ante cualquier ataque o embestida de sus opositores que no encuentran por donde hacer mella en la candidatura del mandatario y los niveles de simpatías que le demuestra el electorado. La cultura del votante dominicano indica que se caracteriza por ser triunfalista y que no le gusta botar su voto, votando por el candidato que cree que va a perder, aunque simpatice por él. Es por esto que en la medida que se acerquen las elecciones, la tendencia de Danilo será a subir y la de la oposición será a bajar, por lo que algunos analistas llaman “el efecto de cola”, que no es más que los votos que se le sumarán a Medina, ante el fortalecimiento de la percepción de su triunfo, versus la debilidad que experimentará la oposición por la percepción de su derrota y la imposibilidad de remontar sus simpatías. Evidentemente que la situación de nuestro país presenta serias dificultades, retos y desafíos para la nueva administración que se iniciará el 16 de agosto de este año. Es evidente también que el PLD sufre del desgaste natural de un partido que ha gobernado 16 de los últimos 20 años y 12 de manera ininterrumpida, además del rechazo y cansancio que produce un gabinete con las mismas figuras en más de las 2/3 partes de su conformación, pero Danilo Medina ha sabido compensar esas situaciones por su estilo personal de gobernar, basado en la humildad, accesibilidad, discreción, capacidad de trabajo y moderación. Pero estamos ante la presencia de una oposición torpe, incapaz y carente de liderazgo. Incapaces de capitalizar a su favor cualquier descontento y malestar de la población con el oficialismo. Incapaces de hacer alianzas y unificarse entre ellos mismos. Incapaces de articular un discurso de propuestas sobre como enfrentar y corregir los males que nos afectan. Incapaces de conformar su boleta electoral. Incapaces de conectar con el sentir de las mayorías. Incapaces de alcanzar el favor de ni siquiera un tercio del electorado. En fin, una oposición incapaz de competir con el PRD, PLD, el Bloque Progresista y la gran alianza del Gobierno Compartido. Las encuestas, las alianzas y la realidad política de hoy en la República Dominicana, lo que demuestra claramente es que mientras Danilo y sus aliados lo hacen bien, sus opositores lo hacen mal, muy mal.

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