Santiago. Ante el creciente y cada vez más alarmante robo de baterías a los vehículos en los diferentes sectores de Santiago, toma auge la oferta del servicio a domicilio.Y es que muchos cuando van a encender sus vehículos en la mañana se encuentran con la desagradable sorpresa de que el carro no enciende porque se dañó o porque los ladrones cargaron con la batería y esto les imposibilita iniciar sus tareas cotidianas a la hora prevista y optan por dejar su carro o llamar a uno de esos negocios para que le envíen una hasta su casa o el lugar en donde le dejó de funcionar o la robaron. Para responder a esta desagradable “sorpresa”, hay empresas que como de León Gómez y Baterías Cometa las llevan e instalan, a través de los llamados delivery. Si no es un récord, es una buena aproximación, el caso de la periodista Sagrario Gómez, a quien le han robado la batería de su carro en seis ocasiones, siempre del frente del apartamento en que vive en el sector La Moraleja en esta ciudad.
No dan tregua
Mientras en la calle Las Mercedes del barrio Cristo Rey, al sur de la ciudad, en una noche robaron tres de un parqueo en el que había cinco vehículos. Situaciones similares se dan en la Villa Magisterial de la carretera Don Pedro, donde con frecuencia se produce este tipo de robo.
Lo peor de todo es que la gente ha dejado de reportar este tipo de robo a las autoridades encargadas de preservar los bienes, ya que nadie recupera lo que pierde.
La gente ha tomado sus medidas de precaución para evitar el robo, como la se soldar, poner cadenas y candados o pegar a la pared la parte delantera del vehículo, además de poner las alarmas más sensibles en la parte del bonete. También la de no dejarlo distante en lugares con poca seguridad o buscar una zona donde están los buscones o cuidadores para contratarlos.
Son más baratas, pero poco confiables
“Es raro el día en que no vengan vendiendo baterías usadas, pero todo el mundo sabe cómo las consiguen y por eso no las compro”, reveló Rafael Martínez, dueño de un negocio de baterías. Dijo que los precios oscilan entre los 500 y 860 pesos. Pero hay otros que sí lo hacen y por eso crece el negocio y es posible que alguien le toque comprar la batería que le robaron.
