Después del palo…

Son tan fuertes los lazos de amistad que me unen con muchas figuras importantes del Partido Reformista Social Cristiano, algunas de las cuales se han tornado últimamente muy susceptibles, talvez hasta altaneros, frente a cualquier observación sana&#8230

Son tan fuertes los lazos de amistad que me unen con muchas figuras importantes del Partido Reformista Social Cristiano, algunas de las cuales se han tornado últimamente muy susceptibles, talvez hasta altaneros, frente a cualquier observación sana que se le pueda hacer, desde el punto de vista periodístico, que me he contenido, hasta ahora, de comentar la situación de esa organización para no arriesgarme al rompimiento por el irrespeto a la profesionalidad. Por eso, cuanto voy a señalar a continuación, lo hago a riesgo de lo que pueda venir. A quienes dirigen hoy el PRSC no deja de preocuparles, aunque lo disimulen muy bien, los movimientos que se rumoran y la conjetura que hace Amable Aristy Castro, innegablemente un hombre de amarres, por dejar ese barco y trillar el camino de la aventura propia. Las transacciones, en todo colectivo, implican una flexibilidad de posiciones que puedan permitir los aproches para la conciliación. A Amable, uno de los íconos reformistas (quiérase o no), se le dieron garantías de que en la búsqueda del consenso para la dirección se integrarían figuras de su equipo a la cúpula, y el pequeño gigante cacique de Higüey se ha quedado como perico en la estaca: esperando. Es más, me dicen que transigió en algunas de sus exigencias de posiciones dirigenciales, limitándolas a pedir que se designen cuatro de los suyos en la alta dirección, algo que, si se quiere, no se corresponde proporcionalmente –a ojos de buen cubero- con su fuerza interna. Pero ha encontrado la indiferencia, cuando no el silencio, como respuesta, y eso lo tiene echando humo sobre la cabeza. Ahora se dice que negocia una mudanza política y, como siempre, andan buscando el candado…

Con José Manuel

Los que conocemos a José Manuel Hernández Peguero podemos dar fe de que es persona pacífica, amable y reacio a la controversia violenta. Talvez de otros no se pueda decir lo mismo, por su historial de arrebatos violentos, conflictos y altanería. Qué pena que aún haya quien crea vivir en Trucutulandia…

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