Dialogar es mejor

La lucha política crea malquerencias, resentimientos y odios. Esos sentimientos se generan entre los militantes de los partidos cuando están en competencia por posiciones electivas internas o para optar por un puesto público. Se agudiza entre organizac

La lucha política crea malquerencias, resentimientos y odios. Esos sentimientos se generan entre los militantes de los partidos cuando están en competencia por posiciones electivas internas o para optar por un puesto público. Se agudiza entre organizaciones diferentes, o como se dice habitualmente, “contrarias”. A veces va a mayor y termina tintada en sangre.

En esas confrontaciones están de por medio intereses, orgullos y emociones. Y la lucha se torna irracional. Pero generalmente se produce en nombre de las “masas hambreadas” o del “pueblo soberano”.

La situación se agudiza durante las votaciones y deja huellas. Es una expresión del estado en que está la sociedad. No es lo deseable. Contraviene el espíritu civilista.

Lo ideal es que las partes hagan su papel. Se sometan a las reglas instituidas y se comporten como ciudadanos comprometidos con valores orientados a la construcción de instituciones que tiendan a fortalecer el estamento institucional.

Pero no siempre resulta así, como decíamos, se va a los extremos, incluso, se niega el mejor método para el entendimiento, que es el diálogo. Y es una pena, porque suele predominar el conflicto. Si se privilegiara el diálogo los costos serían menores en todo el sentido de la palabra. Menos ofensas, menos riesgos de agresiones y se fortalece la convivencia.

Se habla de una ley de partidos y de la renovación de la ley electoral. Están las posiciones y los desacuerdos, al final, si vivimos en una democracia, habrá que llegar a una solución, pacífica y razonablemente.

Todos se proclaman como dominicanos que desean lo mejor para el país, y siendo así, lo más adecuado es que se dejen las malquerencias, se reduzcan los resentimientos y se entierren los odios.

Debe abrirse un diálogo sincero para encontrar las soluciones. Ahora, en estos tiempos, no después. Dialogar siempre será mejor.

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