Disertación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
22 de noviembre de 1995.
Agradezco sinceramente esta invitación a los organizadores de este evento.
El nombre de este departamento de Arquitectura tiene para mí, recuerdos y momentos gratos trascendentes de gran importancia en mi vida profesional y familiar. Me refiero al Arq. Sebastián García, a su memoria ilustre van dedicadas estas breves palabras.
Hablar de la dimensión del mercado nacional en las dos ramas profesionales más íntimamente ligadas es muy difícil por lo corto del tiempo, trataré de compendiar y plasmar a este apreciado auditorio vivencias de 38 años de ejercicio profesional y empresarial dentro de la construcción y actividades conexas.
Quiero señalar a ustedes, que son muy jóvenes, que los primeros arquitectos que egresaron de nuestra única universidad obtenían el título de “Ingeniero Arquitecto” por tanto tenían una sólida preparación estructural, además de una magnífica e intensa formación artística.
Fue a mediados de la década de los años 50 donde en el tercer curso se dividían las dos carreras y había una verdadera especialización de cada actividad profesional.
Esas dos carreras fueron marchando juntas hasta alcanzar la integración, armonía y complementación que tienen actualmente.
El mercado nacional ha sido y es muy amplio con características muy especiales dependiendo si se trabaja dentro del sector público o dentro del sector privado.
Desde el 1961 hasta la fecha, es decir ,34 años, el doctor Balaguer ha gobernado el país durante 22 de ellos, de manera que en el sector público ha prevalecido su forma de otorgamiento de obras que es más o menos la siguiente:
La mayoría de la veces, salvo excepciones como obras ejecutadas con préstamos internacionales u otras muy especializadas, el contratista ingeniero o arquitecto ejecuta los planos, los incluye dentro del presupuesto general de la obra y el proyecto completo se discute con la Secretaría de Estado de Obras Públicas, con la oficina Coordinadora y Fiscalizadora de obras del Estado “o con la oficina Técnica adscrita al Poder Ejecutivo” que son los tres organismos principales para fiscalizar la ejecución de obras del Estado. Otras instituciones,como el Instituto Nacional de la Vivienda y el Instituto de Auxilios y Viviendas, han tenido su trascendencia pero actualmente administran principalmente la cartera de unidades ejecutadas y en proceso de cobros de largo plazo. En todos estos departamentos, y con esta modalidad, la integración profesional es importante y generalmente hay asociación en compañías o se contrata específicamente al arquitecto para un proyecto determinado, o viceversa el arquitecto contrata al Ingeniero para servicios específicos. Este período ha sido de gran actividad para la clase profesional.
Veamos ahora el sector privado: no puede hablarse del sector privado sin mencionar el sistema de ahorros y préstamos y con su organismo rector: el banco Nacional de la Vivienda y el F. H. A. (Fomento de Hipotecas Aseguradas) creadas en el 1962 durante el gobierno del Profesor Juan Bosch.
Este sistema ha financiado y supervisado un gran universo habitacional en todo el país.
Luego, en el 1972, se creó el Banco Hipotecario Dominicano pionero de esa actividad y pionero de la multibanca. Después vinieron otros bancos hipotecarios. Esta Banca Hipotecaria cubrió también un gran espectro habitacional sobre todo en Santo Domingo y Santiago. Estos dos sistemas (mutualista e hipotecario privado) tuvieron un tremendo auge en el gobierno del fenecido Presidente Don Antonio Guzmán.
En la actividad con estos organismos de financiamiento habitacional la modalidad es la siguiente:
Primer paso: Un “promotor”, Ingeniero Arquitecto o propietario de terreno. Generalmente se asociaban para determinados proyectos o el ingeniero o arquitecto compraba el terreno, previa factibilidad de la institución financiera.
Segundo paso: Se llenaban todas las formalidades definitivas con la institución financiera y se obtiene el préstamo con un valor que oscilaba, generalmente, de 60% a 80% del valor del proyecto.
Estos esquemas dieron muy buenos resultados hasta que empezó el proceso inflacionario nacional, años 1983 en adelante, que sucedía en esos casos.
Las viviendas costaban más, por consiguiente los fondos tendrían que aumentarse, o el promotor buscar otras fuentes.
El adquiriente podría quedar descalificado porque sus entradas “demostrables” no iban acorde con la inflación.
Las instituciones financieras tenían que pagar más a los inversionistas (tasas pasivas).
Las instituciones financieras crean la “hipoteca revolvente” para contrarrestar el efecto inflacionario.
El adquiriente debía reajustar sus pagos mensuales. Para cubrir estos desbalances económicos se aprobó lo que se llamó la cartera del 30% a corto plazo y a tasas variables.
Por lo antes dicho, los resultados fueron traumáticos en ese período, sin embargo, en la actualidad se está volviendo al financiamiento habitacional y a la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, la cual no me canso de felicitar, ha llegado al (20-20): 20 años de plazo, 20% interés.
Concluyo con los siguientes enunciados para una práctica sana y lógica de la actividad empresarial:
1. Integración profesional.
2. Planificación a corto y mediano plazo.
3. Diversificación en actividades conexas o de otra índole.
4. Economía de escala.
5. Utilización de tecnología moderna, informática, actualización, mercadeo.
6. Venta de imagen.
Tenemos en nuestras manos las actividades profesionales que, como he dicho muchas veces, da forma, estética y técnica a las bellezas naturales del mundo, querámosla y ejerzámoslas con dignidad, productividad y orgullo.
¡Muchas gracias! l
