Diversidad lingüística de la isla Española (1)

Desde que Alea permitió que recogiera de mi camino parte de la historia incipiente de nuestra cultura con la lectura del estudio antropológico realizado por Fray Román Pané en La Isabela, me asaltaron dudas que han permanecido incólumes sin resoluci

Desde que Alea permitió que recogiera de mi camino parte de la historia incipiente de nuestra cultura con la lectura del estudio antropológico realizado por Fray Román Pané en La Isabela, me asaltaron dudas que han permanecido incólumes sin resolución y sin borrarlas.

Su informe a Colón relata las vicisitudes suyas para realizar el estudio que le encomendó el Almirante de indagar las creencias religiosas de los nativos que habitaban dos poblados cercanos a La Isabela. Encontró que las comunidades parlaban lenguas diferentes ninguna de las cuales era entendida por él ni por su pequeño grupo de taínos conversos, aunque tal falta de comunicación haya sido una expresión de rechazo, pues el taíno era lenguaje comprendido por todos. Pané tuvo que mudarse a Maguá, el Cacicazgo donde gobernaba Guarionex, un caserío que los invasores llamaron La Concepción.

Pero mientras que había sido recibida como buena fortuna la solución, tampoco pudo Pané permanecer en Maguá, cuando Guarionex prefirió abandonar su reinado por ofensas del hidalgo español que violó a su esposa. La buena voluntad así se convirtió en venganza y los empleados de Pané, dice él, fueron asesinados. Se refugió, protegido por nitaíno amigo en otro Cacicazgo y allí terminó su obra. Aunque su reporte contiene el nombre del nitaíno amigo, no he logrado identificar el cacicazgo al que pertenecía, ni la localización de la comunidad donde finiquitó su estudio antropológico.

En las comunidades de los alrededores de La Isabela coexistían en esa época no dos, sino posiblemente cuatro expresiones lingüísticas diferentes: el taíno, del que había dos versiones -el gran taíno y el neotaíno, el ciguayo, el macorix de abajo y el macorix de arriba. Pero no es Fray Román Pané el único en señalar tal fenómeno. Entre otros, hay en estos momentos una investigación auspiciada por universidades europeas en el área de La Isabela, para estudiar los conflictos y conductas causados por la diversidad lingüística y cultural; así como otros dos proyectos que buscan rescatar objetos de hasta cinco naufragios acaecidos en el entorno marítimo de La Isabela por el embate posiblemente de dos huracanes durante el segundo viaje de Colón.

Colón relata su encuentro con Ciguayos así: “ … Tenía el rostro todo tiznado de carbón, puesto que en todas partes acostumbran de se teñir de diversos colores. Traía todos los cabellos muy largos y encogidos y atados atrás y después puestos en una redecilla de plumas de papagayos, y él así desnudo como los otros … Llamaba al oro tuob y no entendía por caona… ni por nocay”.

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