En días recientes el boxeo de República Dominicana vio partir a dos de sus representantes.
José Antonio Salcedo, quien durante más de 50 años estuvo estrechamente ligado al boxeo (trabajó como juez-árbitro e igualmente en rol de comentarista de televisión), falleció el pasado viernes en la ciudad de Miami.
Mientras que Adriano –Nani- Marrero, veterano boxeador y nativo de la ciudad de Santiago de los Caballeros, murió en forma sorpresiva tras sufrir un fulminante ataque cardíaco.
Salcedo, fiel amigo y entregado en cuerpo y alma al boxeo, se caracterizó por mantener en firme sus ideas. Tuve la oportunidad de conocerlo en tres facetas: Buen árbitro-juez, comentarista de TV y ciudadano sin dobleces.
Además, por lo que percibí, fue un ejemplar esposo (lo atestigua su inseparable consorte, doña Minerva) y padre.
El último informe que recibí da cuenta de que los restos de José Antonio Salcedo recibieron cristiana sepultura en Miami.
Que su alma tenga perenne paz.
Marrero, inolvidable
Nani Marrero, deja este pícaro mundo a la dad de 57 años.
Desde el momento que subió a un cuadrilátero lo hizo siempre pensando en su Santiago querido.
Tras recorrer el mundo con sus puños, pues trabajó con su boxeo en los cinco continentes, tuvo dos oportunidades de coronarse monarca mundial welter junior.
Pero sus dos intentos, ante el colombo-venezolano Antonio Cervantes (Kid Pambelé), fueron fallidos. Nani Marrero colgó los guantes dejando una foja de 29 victorias y 16 derrotas. Facturó tres empates y noqueó a 16 rivales.
Recuerdo su segundo combate con Kid Pambelé a quien en el sexto asalto envió a la lona, pero el viejo zorro campeón se levantó antes de que le contaran diez segundos.
Aunque no fue un gran técnico ni tampoco duro pegador, gozó de mucho carisma.
Y ni hablar de su comportamiento decente dentro y fuera de los ensogados. Es deber del país deportista recordar siempre a Nani Marrero. ¡Qué nunca sea olvidado!
