Un dúo perfecto: Michel y Tomatito

La noche prometía mucho, y no es para menos. Ambos, Michel Camilo y Tomatito, son máximos exponentes de la música actual, cada uno en su género (jazz y flamenco), por lo que no causó sorpresa la extensa fila formada a la entrada del Teatro Nacional&#

La noche prometía mucho, y no es para menos. Ambos, Michel Camilo y Tomatito, son máximos exponentes de la música actual, cada uno en su género (jazz y flamenco), por lo que no causó sorpresa la extensa fila formada a la entrada del Teatro Nacional Eduardo Brito, espacio seleccionado para la función especial. La fórmula química que muestran viene dada por su larga amistad de más de 17 años, de ahí la posibilidad de lograr una armonía única que deleitara durante una hora y casi treinta minutos a todos los presentes, quienes desde el inicio se mostraron eufóricos ante los concertistas.

Nos encontrábamos en un encuentro entre amigos, así lo hacía sentir Michel y Tomatito, aunque este último algo tímido con el público. Sin embargo, esto no fue un obstáculo para lograr su cometido: enamorarnos de la fusión del jazz latino y el género musical español más famoso alrededor del mundo, el flamenco.

Ver a nuestro compatriota frente al piano es ser testigos de que el uno no puede vivir sin el otro, que nacieron para transitar de la mano por la vida. Y junto a su acompañante de la noche, uno de los guitarristas más famosos, por igual.

«El programa seleccionado por los artistas se destacó por el cuidado de los colores, las texturas y el desarrollo exquisito de cada una de las piezas». 

El repertorio. La noche estuvo cargada de una música que en todo momento hizo vibrar el aforo. Los temas de sus álbumes “Spain” y “Spain Again” fueron los protagonistas y el testimonio de que disfrutan de una innegable comunicación e intensidad. Y una que otra sorpresa: “Bésame mucho” y el “Concierto de Aranjuez”, hicieron su aparición por momentos.

Comprobar hasta dónde pueden llegar juntos y cuánto pueden descubrir de sí mismos sólo es posible asistiendo a una velada igual, en la que demuestran a leguas su complicidad y sobre todo, diversión al hacer música. La variedad de acordes clásicos, latinos y caribeños de Camilo junto a los acústicos y flamencos del oriundo de Almería, España, a pesar de ser tan distintos, encontraron en este concierto el punto exacto para lograr la armonía perfecta. Los dos, manteniendo sus raíces y mezclando sus sonidos, han encontrado uno nuevo que los identifica desde el momento de tocar el primer compás del pentagrama.

El público que abarrotó la Carlos Piantini aplaudía vivazmente el final de cada pieza, sobre todo las más intensas y de gran ejecución técnica, donde juntos demostraron que son verdaderos maestros. Esta cita fue un claro recordatorio, o más bien, el desvelo de una fórmula mágica que les ha servido para reunir a miles alrededor del mundo.

Su estilo musical. Durante la presentación, el diálogo entre ellos resultó perfecto e intenso, de calidad y detalles. Composiciones de artistas que ambos admiran, adaptadas a la improvisación jazzística, al flamenco y al corazón del Caribe robaron la ovación de los dominicanos presentes, orgulloso de que Michel naciera en esta isla, República Dominicana. Juntos han logrado romper el tabú de unir el piano y la guitarra, y desde entonces son historia.

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