El Cuarto Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional dictó auto de apertura a juicio en contra de un hombre acusado de trata de personas hacia Haití. Sólo una de las ocho mujeres que se encontraban brindando servicios sexuales en un burdel del vecino país, de nombre Club Pasión, pudo escapar.
En la primera instancia del juicio la víctima declaró lo siguiente: “Yo duré siete días en ese lugar, es cierto que la embajada dominicana está frente al negocio, pero yo no podía salir, era una habitación cerrada, donde había cuatro mujeres y otra con cuatro mujeres más, allí dormíamos, comíamos y hacíamos todas nuestras necesidades”.
Prosiguió diciendo que el maltrato y el abuso era tal que cuando no estaban listas para trabajar a la hora pautada tenían que pagar 150 dólares .
“A los cinco días de estar allí estaba desesperada por irme, tenía que pagar para que me cocinaran, para que me lavaran el cuarto, para todo, no podía salir de allí y él (señalando al imputado) bien lo sabe”, dijo.
La dominicana explicó que no le daban cena, ni comida y que cada vez que salían lo hacía con un seguridad.
Mientras que el imputado, Manuel de Jesús Santos Severino, al hacer uso de su derecho de legítima defensa dijo: “Yo llegué a Haití un día catorce de enero de este año, porque mi cuñado tenía un negocio allá y me ofreció trabajar con él ayudándole”. El imputado se desligó de los hechos. Alegó que cuando fue apresado en Haití, estuvo dos meses preso en ese país y veía a las personas morir en las cárceles y recibir malos tratos.
El magistrado Delio Germán, juez presidente del Tribunal, luego de ponderar la pruebas determinó que existían los elementos suficientes para que el imputado sea condenado por los cargos en su contra.
En tanto que el imputado declaró en audiencia que él no las tenía raptada, que ellas podían salir. l
