Su mirada perdida, llena de desesperanza, ¿hacia dónde va dirigida? La respuesta no es fácil de desentrañar. Quizás se deshace en su inocencia sacrificada cada día por un trabajo que no le es propio.
Él documenta una realidad que las agencias oficiales no registran: La dureza del trabajo infantil a golpe de hacha madrugadora que le ha encallecido las manos a destiempo.
El artículo 156 de la Carta Magna “declara del más alto interés nacional la erradicación del trabajo infantil y todo tipo de maltrato o violencia contra las personas menores de edad…”
